Disclaimer: Hetalia y sus derivados pertenecen a Hidekaz Himaruya.
Advertencias: Temática slash (hombre/hombre). Diferencia de edad (6 años).
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Como era costumbre, durante las dos últimas semanas del año y la primera del nuevo, debía ir a casa de mis padres para celebrar las fiestas junto a ellos.
Este año no estaba tan entusiasmado ante la idea, puesto que me habría encantado pasar navidad y año nuevo junto a la familia Vargas.
¿A quién quiero engañar? Solo quería estar más tiempo con Lovi.
Francis y Gilbert habían ido a despedirme al terminal de trenes durante la mañana.
—Volverás antes de mi fiesta, ¿no? —preguntó Gilbert.
—Claro que si. Como todos los años —dije sonriendo. Gilbert me devolvió la sonrisa.
—Me aseguraré de cuidar al pequeño Lovi por ti —dijo esta vez Francis, con una sonrisa en el rostro.
Me desanimé rápidamente.
—Después de todo no quiero ir —dije agarrando a Francis por un brazo.
—¡No tienes que apretar tan fuerte! —dijo alarmado Francis. Lo solté y de inmediato comenzó a sobarse el brazo— ¿No confías en mí? Hace años que nos conocemos.
—Por eso mismo. —Entrecerré los ojos mientras lo miraba.
—Yo tampoco dejaría a Elizabeta a tu cargo —añadió Gilbert.
—Me han roto el corazón —dijo haciendo un drama de ello—. No pensé que dudarían tanto de mí.
—Te equivocas. No lo dudamos —dijimos Gilbert y yo a la vez.
—¡Qué crueles!
Junto a Gilbert reímos divertidos. Siempre era un buen pasatiempo molestar a Francis para ver sus exageradas reacciones. En el fondo sabíamos que él también lo disfrutaba.
Pronto comenzó a sonar el timbre de los anuncios, para luego escuchar la voz de una mujer indicando el próximo tren a salir, junto a su destino y andén.
—Bueno, ese es el mío. Nos vemos pronto —dije mientras abrazaba a cada uno.
—Que te vaya bien Toño.
—Pásalo estupendo.
Antes de alejarme demasiado, logré escuchar que ambos me decían que cuidarían de Lovi. Eso solo me dejo con un gran sentimiento de inseguridad.
Durante el viaje iba observando el paisaje del exterior. Resultaba bastante agradable una vez salías de la ciudad y veías las montañas y extensos prados y viñas que adornaban el lugar.
Pasados unos minutos comencé a pensar en Lovi. Preguntándome qué sería lo que estaba haciendo ahora. Cómo pasaría las fiestas junto a su familia. Si se quedaría en casa o viajaría como yo. Miles de posibilidades vinieron a mi mente.
¿Pensaría en mí?
Sentí mis mejillas ruborizarse. Bajé la mirada avergonzado por mis ideas.
Desde el principio que había intentado mantener las distancias con él, puesto que sería su profesor. Y debo decir que de verdad lo intenté, mas me fue imposible. ¡Es que es tan encantador! Por eso no me había extrañado que Emma y Elizabeta se lo hubieran dejado para ellas la mitad de la fiesta el otro día.
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Enséñame
Fiksi PenggemarLovino tiene pésimas calificaciones en el instituto e incluso peligra de repetir el año. ¿La única solución posible? Al menos para su abuelo, el que un profesor particular le haga clases. [Cancelado].