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Capítulo 20, Parte I:
Lágrimas de amenazas.


Todos los malos sueños que escondes.

Muéstrame los tuyos, te mostraré la míos.

-¿Muy descubierta? -Miranda tiraba su ropa entera sobre la cama, desechando un atuendo tras otro, al no hallar nada que se adecuara a sus cada vez más difíciles exigencias.

Choi Leah veía distraída su teléfono, prestándole atención parcial a ella de vez en cuando. Seguramente ya estaba cansada de escucharla constantemente sobre cómo no existía ni una mísera prenda de ropa que le quedase bien para la cena de esa noche, lo cual era una vil mentira. Volteó una vez más hacia su amiga, y la chica sólo se limitó a encogerse de hombros con un aburrimiento notorio.

-No lo usaría si quiero parecer la cándida novia de un ilustre... -Ella dejó el espacio para que Miranda concluyese.

-Ingeniero. -Rodó sus ojos.

-Así es, ingeniero. -Riéndose le correspondió. Aunque su risa no era con ella precisamente, esta iba dirigida a cualquiera fuese la cosa que veía con tanta dedicación en su teléfono celular.

Su amiga ya estaba al tanto de quién era Kim Jungwoo. Le costó un poco recordarle de una manera sutil sobre el chico, sin traerle a colación el breve ataque de pánico que le dio previamente a que ella se propusiera en su lugar para ir al apartado con el chico. Sin embargo, a pesar de todos sus esfuerzos, notó el semblante de Leah oscurecerse un poco al tener que nombrar a The Soft Leather Club. Ninguna de las dos estaban cómodas con revivir los momentos que habían pasado en el club, menos cuando la más bajita ahora tenía un trabajo más seguro junto a Suh Soonkyu.

-¿Qué tal un conjunto de tweed? -Como por arte de magia, al escuchar a su amiga, tres de sus conjuntos Chanel aparecieron frente a ella perfectamente ordenados en su closet. Ella los señaló, para que Leah pudiese escoger-. Blanco, te verás más puritana. Ya sabes, santurrona, amigable, virginal todo igual a la mejor chica del universo. -Burlándose de la crítica social que ambas detestaban, se rieron al unísono.

Esa noche hacía frío, y tras darse un baño caliente mientras veía un documental de equitación en su laptop, Miranda decidió cómo completar su atuendo. El conjunto era simple, completamente de un agradable blanco hueso con hilillos dorados que hacían pareja con los remaches dorados del cuello y los puños. Vistiendo un plano sweater de cuello alto en tonos crema, terminó de vestirse con un par de botas altas del mismo tono, que la hacían parecer salida de una fantasía de invierno.

-Si llevas una cinta en el cabello, serías la Blair Waldorf asiática -Se burló Leah, cerrándole la chaquetita en cuanto ella optaba por dejar en casa esa noche su hermoso solitario de compromiso. Llevaba otros accesorios un poco más llamativos y menos problemáticos-. Oh, cierto... Ya lo eres. -Ella le rodó los ojos en respuesta.

-Me voy, prometí pasar por Kim Jungwoo primero. -Acercándose al umbral de la entrada, Miranda le dio una sonrisa a su amiga que ya llevaba pijamas para esas horas.

-Disfruta tu cena y sé la perfecta novia falsa. -Con un pulgar arriba la ánimo.

Ella le sonrió por última vez antes de marcharse usando el Bentley de Hendery para conducir esa noche. Fue directo al edificio de los hermanos Kim, el cual estaba más cercano a Gangnam que al distrito donde ahora vivía ella. El GPS le indicó que su camino duraría nueve minutos exacto, pero para Miranda, nueve era traducción de cinco. Se aparcó en el bordillo frente al alto y moderno edificio, y no esperó más que diez segundos para quedarse muy quieta en el cómodo asiento de la camioneta.

𝐑𝐢𝐜𝐡 𝐆𝐢𝐫𝐥𝐬 𝐃𝐨𝐧'𝐭 𝐂𝐫𝐲 [NCT REVERSE HAREM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora