Introducción

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El pantalón corto de la alfa está en sus tobillos y sin nada en el torso con su piel ardiendo bajo el toque de su omega. Jisoo pega sus labios fuertemente, logrando que sus gemidos no se escapen, aunque sea demasiado difícil ya que su omega es una experta dando placer con su boca en plena reunión familiar de ambas familias. El pequeño improvisto que hace la omega regenera que la espalda de jisoo se arque y un gemido alto.

-Ro-rosie – susurra muy bajo – no me aprietes así por favor

La omega suelta levemente el agarre, pero sigue la mano de ella en el miembro de la alfa. Los ojos de ella viajan al rostro de jisoo, su orgullo se infla al saber que su alfa esta así por ella, tan sumisa y dispuesta. Su rostro de muñeca de porcelana sonrojado hasta las orejas, sus labios apretados y sus ojos cerrados aguantando para no ser descubiertas, los gesto que jisoo hace pone demasiado caliente a rosé.

La mano de ella se mueve más rápido, junto a su lengua que da vueltas en la punta del miembro de la jisoo, hace que se vuelta loca y ya no pueda soportar de tanto placer que deja salir un gemido bajito y cada vez mas jadeos.

-Rosie ya... ya ¡ah! – su omega chupa más rápido – sa-sal de ahí... aah, me voy a venir. – sus palabras son ignoradas – Aaah, por favor

Jisoo da un gran suspiro porque rosie se ájelo, pero no la salvo de la una cosa, la mano se rosie todavía le sigue masturbando y desde que se alejó la movió más rápido.

-Eres tan linda mi alfa – su voz grave pero sensual, ese cumplido hizo que el corazón de jisoo se derrita. – Mi alfa.

Rosé besa a jisoo con fervor, mordiendo sus labios. La cordura de jisoo se desvanece al gemir en la boca de su amada y temblar.

-Puedes venirse mi alfa – murmurar la omega.

La voz de ella es letal para jisoo que al momento ella cumplía la orden, su nudo fue liberado, pero su gemido fue capturado por la boca de rosé. El cuerpo de la alfa se sentía mas ligero y débil, su pecho subía y baja muy deprisa. Toda la emoción la sentía gracias a su omega, Rosé.

-Mas noche voy a jugar contigo – susurra en el oído de la alfa.

La respuesta fue un gemido débil, complaciendo la posiciónde la omega

Mi alfa pasivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora