🪻Capítulo 15🪻

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El tiempo que tardamos en llegar al Gran Ducado fue mucho mayor de lo esperado porque tuvimos que dirigirnos a la Mansión de los Santos en lugar de a la residencia principal al Sur del Imperio.


—Tu madrastra y hermanastra también se han trasladado allí y te están esperando. Pronto las verás.


Bueno, era normal que el borde y el centro del Imperio estuvieran alejados.

Me recosté en el asiento del carruaje y miré el techo con aburrimiento.

«Como esperaba, Roderick es molesto.»

Me hablaba en todo momento para preguntarme si me faltaba o quería algo.

«Lo que más deseo es que desaparezca frente a mis ojos.»

Aun así, como era un Gran Duque, tenía muchas obligaciones que cumplir cada vez que llegaba a una ciudad, por lo que podía quedarme sola durante unas cuantas horas para poder respirar con tranquilidad.

—[Edith, ¿tienes calor?]

—¿Eh? No, estoy bien.

Siguiendo el consejo de Náyad, mantuve a mi lado a los espíritus pertenecientes a los rangos intermedio y bajo.

Después de que se revelaron mis dos tributos al mismo tiempo, recibí halagos sobre estar dotada de un gran talento, pero tal vez porque aún soy joven, mi cabeza daba vueltas y sentía que mi cuerpo parecía estar sumergido en el agua cuando invocaba a los Reyes Espirituales.

Por esa razón, por el momento decidí mantener la invocación de espíritus que no pusieran demasiada carga a mi cuerpo.

—[Si tienes sed, solo dime en cualquier momento.]

Undine, un espíritu intermedio de agua, respondió mientras sonreía con amabilidad.

Illipia, el Rey Espíritu de la Vida, no tenía ningún espíritu bajo su mando, por lo que mi invocación inevitablemente tuvo que ser un espíritu de agua bajo el mando de Náyad.

Undine era un espíritu con una apariencia muy similar a la de una mujer humana a excepción de que tenía aletas en lugar de piernas, su piel era de color azulada y unos cristales transparentes flotaban a su alrededor.

—[Las nereidas tienen una apariencia muy parecida a la de la señora Náyad, pero nunca podremos convertir nuestras aletas en un par de piernas como la señora Náyad. Además, la corona del Rey Espíritu que está sobre su cabeza es un enorme peso que nunca podría ser soportado por seres humildes como nosotros.]

Los ojos de Undine brillaban con admiración y fuerte lealtad cada vez que hablaba de Náyad.

Todos los espíritus parecían ser ciegamente leales a su Rey.

—¿Sabes algo sobre los otros espíritus? El Rey Espiritual de la Sabiduría, por ejemplo —pregunté para recopilar información sobre el atributo principal de Mariette, el Rey Espiritual de la Sabiduría.

—[Uhm... Es un gran y noble Rey del que alguien como yo no se atrevería a hablar] —respondió Undine con cautela, mostrando un asombro tan grande que parecía ser miedo a primera vista—. [Hay poca información que conozco.]

—Está bien, dime lo que sepas.

Por alguna razón, Náyad parecía ser secretamente reacia a hablar sobre el Rey Espíritu de la Sabiduría, e Illipia siempre se limitaba a reír y a repetir que comprendería cuando creciera. Por otra parte, sería incómodo preguntarle a Roderick, quien probablemente sabría cuál Rey era el atributo principal de Mariette.

Nacida como la hija oculta del protagonista masculino y la villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora