Capítulo 17: Convicción

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¡Buenas tardes a todas mis bellas lectoras! Oh sí, sé que están súper sorprendidas de que haya capítulo nuevo. Pero ya ven, cuando hay tiempo e inspiración, cosas locas como éstas sucede. Y sí, sé que todo está muy dramático; y temo informarles que las cosas solamente irán empeorando, así que vayan preparando el kokoro y los clínex (?). Bueno, ya ven que quien avisa no es traidor XD. Ya este capítulo les aclarará muchas cosas con respecto a Kai y su "pasado amoroso".


Sin más que agregar, ¡disfruten y hasta la siguiente actualización!


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¿Cuánta serenidad podía respirarse en aquel silencioso y espacioso lugar cuando se tiene una vista panorámica de lo vivaz que podía ser la vida nocturna en la fría ciudad a la que habían llegado hace unas horas atrás? Quizá no la suficiente cuando se consideraba la compañía de alguien como él y las estridentes circunstancias que los rodeaban.

Y aun cuando ambos permanecían parados uno al lado de otro, a menos de un metro de distancia, se podía percibir una distancia que iba más allá del espacio físico. Sí, esa misma que se había estado formando desde la noche en que todo se fue a pique para ambos.

—¿Por qué rayos hemos venido hasta este tonto parque? —preguntaba Aomine tras posicionar su mirada en los juegos que había frente a ellos, a unos metros de donde permanecían de pie; por alguna razón recordó esas noches cuando cenaba en compañía de Kuroko.

—Era lo más cercano. Y tú no quisiste caminar más —obviamente su culpa no era—. Deja de quejarte, al fin y al cabo continúas siendo un crío. De modo que te sientes en tu ambiente.

—¡Qué ambiente ni que nada, idiota! —ya se había demorado en insultarle—. Mejor dime lo que querías aclararme y ya —demandó hoscamente. La verdad es que quería saber las cosas y largarse de allí.

—Consideraba que un idiota como tú no sería como el resto y sería capaz de separar lo sentimental de lo meramente pasional —sí, Daiki estaba seguro de que él era clase de personas. Pero algo había salido extrañamente mal con ese despreciable blondo.

—Tampoco es como si yo estuviera feliz de la vida sabiendo que eres útil para algo más que follar —la delicadeza nunca sería lo suyo. Y bueno, las cosas como eran.

—Tu honestidad me deslumbra —ironizó tanto como pudo—. Las personas son muy extrañas a veces.

—¿Por qué lo mencionas? —ya sabía que la percepción que ese hombre poseía sobre las cosas y la vida, estaba un tanto distorsionada.

—¿Cómo se pueden enamorar de personas que ni siquiera las ven del mismo modo, incluso estando en una relación?

—Ey, ¿de verdad te has hecho ese cuestionamiento? —el silencio del rubio se lo dijo todo—. Estoy que no me la creo —había sido la primera vez que Kai lo había dejado patidifuso en el buen sentido de la palabra—. No se necesita corresponder o ser demasiado amable con la otra persona para que eso suceda.

—¿Y si de casualidad ignoras su cumpleaños o cancelas una cita importante por quedarte en casa a leer?

—...¿Por qué no me sorprenda que lo hayas hecho en realidad?

—Son meros ejemplos educativos.

—Lo hiciste. Eres un maldito cabrón —ya entendía la confusión que el rubio experimentaba. Tenía todo el derecho de tachar a las personas de raras después de haber dado semejante trato y que ellos hayan caído redonditos—...Es tu jodida apariencia. Si te pones una bolsa de papel encima dejarán de fastidiarte.

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