🪻Capítulo 33🪻

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Caminé por la alfombra roja sin cambiar de expresión.

Al final del camino, el Príncipe Heredero me tendió la mano con un evidente nerviosismo.

—...

Antes de tomar la mano, deslicé la mirada hacia Roderick, que me miraba con ansiedad. Luego miré a Shastia, quien parecía ignorar la escena, y finalmente vi a Alea, que me miraba sin expresión alguna.

—Edith Ronen Heylian es la única heredera de la preciosa sangre y las gloriosas bendiciones del Gran Ducado Heylian. Además, el Emperador Oswald Tristan Ruairi le confiere a Edith Ronen Heylian el título de Princesa de Heylian.

Después de recitar una proclamación preparada de antemano, el Emperador levantó su cetro.

La piedra espiritual roja incrustada en la parte superior del cetro real emitía una luz deslumbrante como si una llama de fuego ardiera en su interior.

Me arrodillé frente al Emperador.

Tras un momento, el Emperador presionó suavemente el cetro sobre mi hombro.

—A partir de este momento, nadie podrá negar el estatus de la Princesa Edith Ronen Heylian.

La Ceremonia de Nombramiento finalmente terminó, así que me levanté.

El Príncipe Heredero esperaba frente a mí con una expresión nerviosa.

—Ahora, la Ceremonia de Compromiso entre Edith Ronen Heylian y Valerian Heiner Ruair-

—[Detente.]

De repente, una voz con una elegancia incomparablemente superior a la del Emperador descendió sobre el Salón.

El Emperador reaccionó con sorpresa y miró fijamente al espacio vacío de donde fluía la voz.

«La verdadera ceremonia de compromiso... acaba de comenzar.»

Sonreí suavemente y miré hacia el aire.

*Shwaaa*

Illipia se manifestó, con el aspecto de un Dios antiguo, y su cabello plateado ondulante.

—¿Qué...?

—Rosas doradas, cabello plateado... ¿Tal vez sea...?

Illipia, que estaba mirando las caras sorprendidas de las personas, me miró.

Hicimos contacto visual y sonreímos levemente.

—[¿Sabes cómo me llamo?] —preguntó Illipia, colocándose a mi lado.

El Emperador se quedó atónito y nos miró alternativamente a Illipia y a mí.

—... Es un honor conocer a la Señora Illipia, el Rey Espíritu de la Vida —respondió lentamente el Emperador.

Las personas presentes en el Salón Principal se sorprendieron por la voz forzada del Emperador.

—¿El Rey Espíritu de la Vida?

—... La materialización de un Rey Espíritu es algo complicado de ver a lo largo de la vida...

Las personas estaban embelesadas por la aparición insólita del Rey Espíritu, susurrando e incapaces de apartar la mirada.

El Emperador miraba fijamente a Illipia con una cara de poco agrado.

—[La razón por la que he interrumpido la ceremonia de esta manera es para dejar en claro que no debe realizarse el compromiso entre el Príncipe Heredero del Imperio Roshan y la niña a la que bendije, Edith Ronen Heylian]—recitó Illipia con tranquilidad y elegancia.

Nacida como la hija oculta del protagonista masculino y la villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora