Más suspiros, más recuerdos, más tragos.

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One Shot


Las respiraciones erráticas... los suspiros, los gemidos dolorosos y placenteros.

El calor, la piel de nácar aperlada en sudor, los espasmos y contracciones...

Exquisito...

Todos y cada uno de sus movimientos los tenía grabados en su memoria desde que empezó lo que sea que haya iniciado con el fisioterapeuta, los tenía tatuados en su cuerpo, y cada recuerdo en su memoria se transmite en escalofríos por toda la extensión de sus venas.

Junto a él, cerca del gran ventanal del bar nocturno brilla la luna, inmensa y luminosa, como la última noche...

Esa última noche en la que aquel chico tan esbelto y delgado cayó rendido sobre sus sábanas después de haber unido sus cuerpos por un largo tiempo.

Relame sus labios y lentamente acerca su vaso rocco, bebe un poco y se pierde en los movimientos de los reflejos del cristal mientras lo mueve entre sus dedos.

Trata de distraerse.

Pero su memoria le juega malas pasadas porque inmediatamente regresa al recuerdo de una u otra forma.

Al bello y etéreo reflejo de la luna iluminando el suave rostro de ese chico.

Quiso correrlo, de verdad que lo intento. Pero el chico no se levantaba y supuso que por unos cuantos minutos lo dejaría descansar para luego enviarlo a su habitación.

No supo en que momento cerro los ojos después de haberse tumbado sobre las almohadas con los brazos flexionados detrás de su nuca en lo que se supone serían sólo quince minutos. De un momento a otro la luz de la lampará del velador del dormitorio era sumamente irritante.

Hastiado por su descanso interrumpido, intento en vano incorporarse para apagarla y seguir durmiendo.

Miro hacia abajo al peso que no le permitió completar su acción y con el ceño fruncido y la mirada cargada de fastidio observó ahí a Dan.

Tenía la cabeza descansando sobre su tórax, y los brazos apretándose fuertemente contra sí mismo.

Otro trago más.

En el presente, el mundo de Jaekyung sigue girando, lo sabe, sigue corriendo y siguiendo su curso. Pero muy dentro de él, sabe que esa noche se detuvo.

Se vio pausado y envuelto en esa atmósfera cargada de... ¿de qué?

Las voces del bar poco a poco se apagan, anunciando que se acerca la ahora de marcharse del lugar, pero aún no es tiempo... aún no está listo. De hecho, lo más seguro es que derroche una gran suma vaciando el inventario del bartender hasta que marqué la hora de salida.

Por una noche no pasa nada. ¿Cierto?

Una noche, una noche como esa...

Un pequeño instante en el que decidió a través de una fuerza magnética que ese chico pequeño y débil, podía quedarse, sólo por esa noche, durmiendo, en su cama... sobre él.

Igual sería demasiada molestia volver a conciliar el sueño después de hacer que se despertara y se marchara, daba igual si se quedaba como la primera vez que compartieron cama.

Se estiro lo suficiente para rozar con la punta de sus dedos el apagador de la lámpara y la obscuridad se hizo presente.

En todo menos en el... en ese chico delicado y tembloroso, que sorprendentemente seguía brillando, con el reflejo de la luna impregnado en su fino rostro.

La imagen era cautivadora, una sensación desconocida aflorando en su pecho, sus dedos picaban por quitar una fina hilera de cabellos sueltos sobre su frente. Se contuvo.

En cambio, miró sus manos que se abrazaban a sí mismo como si buscaran refugio y con suma extrañeza las tomo entre las suyas tratando de descubrir que andaba mal con él - o consigo mismo - ¿Por qué cada vez que volteaba a verlo este se encontraba llorando, temblando o temeroso? ¿Qué era lo qué perturbaba su vida incluso en sueños? ¿Por qué era tan... frágil?

Tenía tantas preguntas, y ninguna quería necesariamente una respuesta sólo era... curiosidad.

Peligro.

Una alarma en su cabeza se prendía y apagaba, ¿de dónde venía? ¿Ya era hora de marcharse del bar? ¿Era una llamada entrante? ¿El despertador que dio por finalizada esa extraña noche?

O era de un lugar más profundo, algo en él que le estaba avisando que tal vez se había acercado demasiado, o que los límites que había puesto sobre los demás para ser "libre" en realidad lo estaban haciendo prisionero de sus propios paradigmas personales.

Los arrebatos, las maldiciones, sus agresiones ¿de dónde había salido todo eso? ¿eran parte de él o sólo eran uno más de los tantos barrotes que lo habían confinado a lo que creía que él era el día de hoy?

Oía que le decían la hora de cierre del lugar, algo con volver cuando quisiera y la cuenta final del consumo de sus bebidas alcohólicas... pero también se mezclaba el sonido de los suspiros y los balbuceos ligeros que Dan soltaba adormilado cuando en su recuerdo tomó sus manos y descubrió que estás estaban heladas. Tal vez por eso temblaba tanto y se abrazaba así mismo, tal vez no estaba teniendo pesadillas, ni tampoco estaba incómodo... tal vez y sólo tal vez incluso... no lo odiaba, no le temía ni le atormentaba. Sólo buscaba calor...

Y comprendió, al endurecer su expresión... qué él tampoco tenía lo que él chico buscaba.

Jinx (Jaekyung x Dan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora