El destino de cada persona es impreciso, no sé sabe con exactitud lo que puede pasar y mucho menos en los momentos que pueden ocurrir. Lo que sí es preciso es la forma en que uno mismo lo lleva en desarrollo.
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Ian no podía sentirme tan confundido con sus sentimientos como se encontraba en ese momento. Él ya no quería tener en su mente a Brady, se encontraba cansado de todos pensamientos que llegaban a su cabeza, los sueños con aquel lobo negro no se habían detenido y por si fuera poco el desconocido que le salvó ese día nunca dejaba de verlo cada que tenía oportunidad.
Eran muchas cosas que estaban pasando y todas al mismo tiempo, metafóricamente. Tarde o temprano su cerebro haría cortocircuito, aunque por el momento solo eran dolores de cabeza que podía soportar. Junto con todo aquello, también estaban los entrenamientos con su madre, esos eran de lo peor.
Él tenía presente que la magia élfica no era algo simple de controlar. Desde que tiene memoria se dio cuenta de que su hermana tenía momentos en los que se rendía de tanta carga y como le ponía todas sus fuerzas para no dejarse derrotar.
Cualquiera que no tuviera conocimiento de ese tipo de magia era un completo idiota. Tanto hadas como elfos estaban conectados a la vida del bosque, gracias a ella eran fuertes, ambas partes dependían la una a la otra. El bosque daba el mensaje y ellos eran los mensajeros, los guardianes, protectores, etc.
Ian en ese momento se encontraba en el lago, cerca de su casa y de los límites de la manada Cuervo Negro. Era el punto dónde ambas manadas tenían sus límites, no es que el pasó estuviera prohibido para ambas partes, únicamente era delimitar hasta donde tenía poder una de la otra.
El cansancio le invadió y lo único que quería era ser una nube, ellas no tenían preocupaciones, nada más tenían que estar en el cielo, recorriendo el mundo, dando sombra, lluvias y demás.
Lastimosamente, su descanso fue interrumpido por la presencia de alguien desconocido, así que se levantó del suelo y comenzó a inspeccionar su alrededor. Cerró sus ojos y agudizó sus oídos, en situaciones como esas ellas se volvían de mejor ayuda que la visión.
Después de estar en esa posición unos minutos, abrió sus ojos de golpe y una esfera de energía verde se formó en sus manos para luego lanzarla a su costado izquierdo.
—¡Maldición! —un fuerte grito de dolor se escuchó de la misma dirección.
Fue allí cuando un cuerpo salió de entre los arbustos y aterrizó en el pasto. Ian continuaba manteniendo su posición de defensa por si el fisgón se atrevía a arremeter contra él.
—Sí que eres bueno, chico cereza —ese maldito apodó solo podía ser de una persona—. Creí que podría sorprenderte, mi error.
La esfera que se había formado en sus manos se fue desvaneciendo, ya no tenía la necesidad de defenderse o por lo menos en el momento, si se atrevía a pasarse de listo, no dudaría mandarlo a volar.
—Espiar es una completa falta de respeto hacia las personas —Thiago le ofreció una molesta sonrisa—. No sé ni para qué te digo eso, de igual manera no me vas a hacer caso.
—Pero qué chico tan listo resultaste ser, chico cereza —un leve tic en su ojo apareció.
No iba a decirle más nada, ya tenía suficiente con todas las veces en que le exigió que no le llamará de esa forma y en todas esas veces nada más conseguía que Thiago continuará haciéndolo. Miró al chico por unos segundos y con eso dar media vuelta para salir de allí, su momento de paz y silencio tal como llegó se esfumó.
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Revelación
خيال (فانتازيا)La vida no es como te la pintan cuando naces, no, claro que no. Es una completa mierda, te mastica y luego te escupe cual mugre en los dientes. Ian puede decirlo por experiencia. Rechazado desde pequeño, un ser que ha recibido tanto desprecio únicam...