Abrazó

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—— Buenas noches Damien —— se despidió el rubio hacía el pelinegro que estaba acostado en su cama.

—— Sí, descansa... o-oye..! —— llamó al rubio antes de que se fuera a la otra habitación, este se quedó parado en el marco de la puerta mirando al contrario esperando algún tipo de orden o respuesta, era normal y ya se había acostumbrado a que casi siempre el pelinegro le pida algo antes de ir a dormir.

—— no... no es nada. —— el rubio decidió mejor no reprochar o preguntar si pasaba algo porque a juzgar por la expresión en la cara de Damien parecía que quería pedir algo, pero este al notar que el rubio lo estaba sobre examinando cambia de expresión a una más neutra, luego de ver cómo el pelinegro parecía que estaba bien cierra la puerta y camina hasta llegar a su cuarto y recostarse sobre su cama.

Está era la cuarta vez que intenta pedirle algo a su rubio y el saber esto le molestó por ser tan cobarde para pedirle una cosa tan simple; "Duerme conmigo", una frase tan simple, corta y fácil de pronunciar con la boca, pero a Damien le era muy complicado de decir, era un estúpido por tener un orgullo tan grande y una boca que nunca decía lo que realmente quería decir. Golpeó la almohada con sus puños llenos de furia por no poder ser más pendejo, soltó vários insultos a si mismo pero en voz baja para no despertar al bello chico que dormía profundamente como bebé en la otra habitación, también tuvo que disminuir los golpes contra la almohada porque estos eran muy ruidosos.

—— mierda, estúpido idiota! —— dió un último golpe a la almohada que ya había soltado todas las plumas que tenía de relleno, miró por unos segundos al pedazo de tela que antes solía usar para pozar su cabeza ahora sin nada dentró, todo por culpa de su carácter y fuerza bruta, había hecho todo un desastre con solo unos cuantos golpes para convertir esa almohada en un buen trapo de cocina. Molestó sale de su habitación y camina por el pasillo hasta llegar a la última puerta de éste, era obvio que no iba a seguir estando en esa habitación tan desastrosa, abrió la puerta silenciosamente y entró.

El joven rubio ya hacía dormido pacífica y profundamente en su cómoda cama, tan tranquilo y tan sumido en un profundo sueño apezar de tener un sueño ligero ignoro todo el ruido que había afuera de su cuarto, porqué el sueño ya le había ganado hace rato, las sábanas eran tan cómodas y calentitas que no pudo evitar cerrar sus ojos y dormir, centrandose en soñar con un prado hermoso lleno de flores con un delicioso aroma y corderos dando saltos por todo el lugar. Sí así eran los sueños de Pip, siempre siendo tan coloridos y alegres como él, muy contrarios a los de su novio.

En eso la puerta se abrió.

El sonido de la puerta rechinar lo despertó, abrió los ojos y cuando se iba a dar la vuelta sintió unas manos abrazarlo, eran cálidas con ese agarré tan delicado y acogedor, se dió la vuelta y se encontró con los ojos color escarlata tan característicos de su novio.

—— ¿sucede algo? —— le preguntó con la voz algo adormilada al pelinegro que lo tenía abrazado entre sus brazos.

—— quería pedirte... que durmieras conmigo.

Volteo todo su cuerpo dejando de darle la espalda y poder verlo bien a los ojos, ambas miradas se toparon y permanecieron ahí quietas apreciando cada detalle que tenía la una y la otra, para ellos cada detalle, forma o color era hermoso en el contrario, se quedaron así hasta que una sonrisa se formó en los labios de el de la vista azúl.

—— Descansa Damien —— lo miró por última vez antes de cerrar sus ojos dejando al de la vista roja con una perspectiva bastante bella, era muy lindo verlo así tan pacífico y sumido en un profundo sueño, lo hacía sentir de una manera especial, sentía paz y una calma inmensa que no sabía que necesitaba, y ahora que ya lo sabe por fin puede cerrar sus ojos y descansar.

—— mañana limpias el desastre de tu cuarto.

- ¿Y esté como carajos sabía? - Se preguntó para sus adentros bastante incrédulo.

✦Azucar y limón✦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora