Las vacaciones de verano finalmente llegan con los inicios de julio, y con ellas viene la ausencia de estudiantes de la escuela de artes en la que Louis imparte sus clases por la tarde. Ha estado esperando por ese receso con entusiasmo, con una ansiedad desmesurada que a duras penas ha sido capaz de controlar desde la fiesta de despedida con los estudiantes y el día en que la institución decidió cerrar oficialmente sus puertas hasta el reingreso pautado para septiembre.
Le ha emocionado la idea con locura, pues desde el principio, creyó que podría utilizar esas semanas libres para salir con Harry, o por lo menos, estar con él a solas más de lo que sus jornadas habituales le permiten. No ha ocurrido de esa forma, sin embargo, y todo debido a que el rizado ya había hecho planes para esos meses de inactividad didácticas y horas en que, según él, quería aprovechar.
Harry se pasará las vacaciones trabajando en su proyecto personal —según le dijo cuando Louis, curioso como él solo, esperanzado como nadie y enamorado como nunca; le preguntó qué estaría haciendo para variar—, ese que se rehúsa a revelar bajo la excusa de que prefiere mantenerlo entre las sombras de lo desconocido hasta, por lo menos, estar cerca de terminar, y que le ha hecho brillar los ojos repletos esmeralda de manera que queda en evidencia la motivación que guarda en su pecho y que el castaño no quiso quebrantar con su propia decepción.
Le hizo saber entre trompicones verbales que aquellos eran unos planes fantásticos, y que esperaba que tuviera un receso magnífico aún si eso significaba no volverse a ver por un tiempo indefinido —esto último solo fue dicho en su cabeza, cabe aclarar—, y Harry, tan dulce como nadie en ese mundo y con una capacidad asombrosa de ablandar y moldear el corazón del pobre Louis a su antojo, le hizo saber que podría llamarlo cuando quisiera.
Le recordó con cierta timidez de por medio que tenía su número grabado en el móvil, y que jamás le molestaría si un día decide que quiere escuchar su voz o simplemente platicar sobre cualquier cosa aunque sea por media hora o más, o menos. Lo que fuera estaba bien para él, según le ha dicho, y el cielo sabe lo alto que Louis ha estado flotando desde entonces.
Han estado actuando de ese modo desde su segunda cita en la playa, hace más o menos un mes. Desde aquel primer beso, flamante y extraordinario, Harry y Louis se han comportado como algo más que compañeros de trabajo, y menos que novios oficiales. Han intercambiado más miradas de las habituales, y el contacto físico ha incrementado a más que simples roces de manos disimulados y choques de hombros inofensivos que siempre terminan con ellos encerrados en el cuarto de suministros artísticos intercambiando besos que no llegan a más que eso.
Ninguno de los dos ha dado el paso para convertirlos en verdaderos amantes. Louis ciertamente no ha reunido el coraje para declarar sus sentimientos a pesar de estar seguro de querer una existencia junto al rizado. Ha tratado de buscar las palabras más apropiadas para ello, renunciar a su bochorno constante —o por lo menos empujarlo lejos por un instante— y aprovechar la mejor ocasión para pedirle un título formal que le permita saber que su corazón estará a salvo y que podrá cuidar el del hombre de pelo rizado que no sale de su cabeza por igual.
Quiere hacerlo, de verdad. Sin embargo, le parece descabellado proponerle ser novios cuando solo llevan dos citas y ni una más. Cada vez que piensa en ello, su mente se llena con la suposición de que Harry creerá que está demente, que es un desequilibrado que puede asumir que son compatibles por dos salidas y que eso les permite dar el paso al noviazgo como si no hubiera nada más que considerar.
Si lo pone así, hasta él mismo lo encuentra una locura, y un acto de desconsideración también cuando piensa que quizás el artista no se siente de esa manera. Es decir, sí, se dijeron que se gustan el uno al otro bajo las estrellas y el rumor de la marea, y por poco profanan la parte trasera de la camioneta de Zayn. Sin embargo, de algún modo, Louis se convence desde entonces que ese "gustar" de Harry puede significar cualquier cosa y ni necesariamente tratarse del mismo gustar del castaño.
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Anoraks & frog ✦ larry au! | ✓
Fanfiction"Harry y Louis tienen una tercera cita en un parque de diversiones. Uno de ellos está aterrado de la enorme montaña rusa, y el otro está emocionado a más no poder. Es posible que alguno se gane un beso por su valentía." *・゜゚・*:. larry au! artistas a...