Entre Perder o Querer

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Capítulo 23

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Capítulo 23

Entre Perder o Querer

La Cabaña

Adriano, es el primero en despertar. Al girar su cuerpo... se percata de que Margarita, duerme plácidamente. Para evitar alterarla, opta por verificar antes la hora en su teléfono; al haberlo apagado, espera impacientemente a que encienda... Con la hora por fin reflejada en la pantalla, confirma tranquilo que todavía están a tiempo.

Se acerca a ella y la contempla... sonríe al verla tan relajada.

La llama calmadamente:

—Margarita... —Le acaricia la mejilla—. Margarita, despierta.

Ella, abre sus ojos con pesar... Al darse cuenta de lo que pasó se despierta alterada; Adriano la calma:

—Estamos a tiempo, tranquila.

Aún nerviosa, toma su teléfono de la mesita de noche y lo confirma por sí misma. Respira aliviada... Mientras cubre su cuerpo con las sábanas, localiza con la vista su vestido:

—... ¿Me lo pasas, por favor?

Adriano, sonríe:

—Sí. —Lo busca, pero antes de dárselo le roba un beso. Finalmente se lo entrega.

Ella sonríe y niega con su cabeza ante lo que hace. Se viste de prisa:

—Voy a bañarme, para irnos ya.

Él, asiente con desgano.

A lo que Margarita se ducha... Adriano, recoge sus cosas. Observa con melancolía el lugar y sonríe al recordar lo que hicieron.

Una notificación en su teléfono, lo desconecta de sus pensamientos. Lo toma por sorpresa un mensaje de Alicia:

Espero que estés bien. Cuando puedas, llámame. Al leerlo, siente culpa. Para evitar un conflicto con Margarita, opta por devolverle la llamada una vez llegue a casa de su madre.

Margarita, sale del baño con la ropa que utilizó en la empresa. Adriano, con el celular en la mano la mira nervioso.

Ella lo percibe:

—¿Pasó algo?

Adriano— No, nada... —Se le acerca y la besa. Pasa al baño. Ella se queda pensando...

Termina echándolo a menos y se dirige a su bolso. Verifica nuevamente que no se le haya quedado nada; Sonríe ilusionada al ver la tarjeta de la editorial que le regaló Adriano, la asegura bien dentro de su tarjetero.

Luego de un rato... Adriano, sale cambiado. Al verla de pie frente a su bolso, la abraza por la espalda y le confiesa con melancolía:

—Me vas a hacer falta.

Compatibles a DestiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora