1

464 45 1
                                    

Tal y como Jihyo se lo propuso ahora Sana formaba parte de su grupo de amigas, a lo largo de estos dos años que llevaban conociéndose sentía como si ya fuese su mejor amiga pero aún así nunca supo a qué se refería el director cuando dijo que ella era diferente, ¿Qué tenía su Sana de diferente? ella la veía igual que a todos, la única diferencia para Jihyo era que ante sus ojos ella era una niña muy bonita pero fuera de eso nunca entendió cual era su real diferencia.

No hasta hoy.

Se encontraban en la clase de deportes mirando únicamente desde las gradas lo que los demás hacían, Momo como siempre no perdía la oportunidad de demostrar su habilidad y resistencia en los deportes, la japonesa a diferencia de muchas niñas de su edad ya estaba en su pubertad gozando de los privilegios de esta al comenzar a desarrollar un cuerpo más maduro y como muchos decían, un cuerpo sexy.

Sana lo notaba, su amiga ya no era la misma niña de antes, ahora tenía curvas y unos pechos bastante generosos, estaba en una contemplación absorta analizando el cuerpo de su amiga cuando una de las niñas preguntó

-Nana, ¿Qué es eso en tus pantalones?- Mientras señalaba el bulto en el pantalón deportivo de Sana

-Nada, viste mal- Respondió asustada cubriendo su entrepierna

Y sí, Sana había tenido su primera erección.

-¿Tienes pene?- Preguntó Jungkook, uno de los niños que siempre la molestaba por utilizar uniforme de varón

La Japonesa no quiso contestar a esa pregunta, solamente agachó la cabeza hasta que escuchó gritar al chico

-¡Oigan! ¡Sana tiene pene y se le paró!

Enseguida se oyeron murmullos de todo el grupo, algunos riendo y otras diciendo que era asqueroso cosa que realmente la entristeció así que con lágrimas en los ojos salió del gimnasio escolar aún cubriendo su entrepierna y corrió al baño a llorar.

Jihyo por su parte ahora entendía muchas cosas, entonces era eso, por eso utilizaba ese uniforme, por eso decían que era diferente pero para la menor eso la hacía aún más perfecta, ahora si podría salir con ella y sus padres no se entristecerían de no tener nietos porque Sana podría darselos.

Una gran sonrisa apareció en su rostro y corrió en dirección al baño para ver a Sana, odiaba que los niños la trataran mal y la hicieran llorar, se sentía triste de no haber podido defenderla aún después de todas las veces en las que la menor lo hizo con ella cuando se burlaban de su flequillo.

-Nana abreme la puerta- Pidió la mayor una vez estuvo en el baño, escuchando los fuertes sollozos de su amiga

-Vete Jihyo

-No me iré hasta que me abras la puerta

-Pues te quedarás para siempre porque no abriré la puerta- Respondió la menor

Jihyo sabía que cuando Sana  decía algo lo decía en serio, esa chica no le abriría la puerta, así que comenzando a descender por el piso entró al cubículo del baño en donde Sana se encontraba pasando por la parte de abajo que en donde la puerta no llegaba a cubrir

-¡Jihyo! ¡No!- Gritó la menor no sabiendo si cubrir su rostro por las lágrimas que tenía o su entrepierna por obvias razones -No quiero que me veas, no quiero que me juzgues

-No voy a jusgarte, jamás podría hacerlo- Respondió la mayor limpiando las lágrimas de su amiga dejando leves caricias en sus mejillas

-Es vergonzoso Jihyo, realmente lo es- Habló llorando la menor -Jamás me había pasado esto

-No es nada malo, estás creciendo y es normal que estas cosas sucedan

-Sería normal si mi cuerpo no fuese diferente al de las demás personas, ni siquiera sé si soy una niña o un niño

-Claro que eres una niña Sana, eres una niña muy linda- Acarició nuevamente su mejilla -Ya no llores, debes salir a tomar las siguientes clases

-No quiero salir, aún no regresa a la normalidad- Comentó señalando su miembro aún semi-erecto

-No se nota si te pones esto- Le Aseguró Jihyo atando su sudadera a la cintura de su amiga

-Gracias Jihyo, no sé que haría sin tí

Y dicho esto abrieron la puerta del baño saliendo tomadas de las manos en dirección a su próxima clase no sin antes la mayor ayudar a Sana a limpiar su rostro de las lágrimas que tenía

FENÓMENO - SAHYODonde viven las historias. Descúbrelo ahora