Confesión

150 14 18
                                    

Albus miró fijamente a Scorpius. Lo tenía acorralado contra la pared de su habitación, no podía moverse, estaba completamente bajo su merced. No sabía exactamente que le pasaba a su mejor amigo pero ahí estaba, con una expresión de seriedad que solo los Malfoy podían tener, sus ojos eran un remolino de sentimientos. Seguro que Scorpius se debatía por decirle algo al moreno.

-Albus...- Scorpius comenzó a hablar dubitativo- yo...-

El moreno estaba totalmente paralizado, sentía su corazón latir fuertemente, como si supiera que algo muy importante estaba a punto de ser dicho por el rubio, algo que cambiaría totalmente sus vidas. Albus estaba expectante, sus mejillas se habían tornado un poco sonrosadas debido a la cercanía del cuerpo de Scorpius y la extraña posición en la que se encontraban.

Scorpius cerró sus ojos por un momento relajando, de esa manera, sus facciones y dejándole ver a Albus el hermoso rostro calmado que poseía.

"Se ve hermoso, parece un ángel" pensó Albus al ver como su amigo cambiaba las facciones de su rostro.

-Albus yo... - el rubio se quedó pensativo un momento- tengo algo muy importante que decirte.

El hijo de Potter no pude decir nada, no sabía por qué motivo su amigo se comportaba de esa manera pero si ese asunto era lo suficientemente fuerte como para hacerle poner esa expresión al menor  de los Malfoy de seguro que era mucho peor que Voldemort.

-¿Qué tienes Scorpius?- preguntó el moreno con un tono de verdadera preocupación- ¿pasó algo  con Kate?

Kate, era una chica sangre pura perteneciente a la casa de Ravenclaw, de ojos verdes pero diferentes a los de Potter jr y cabello marrón que siempre llevaba desordenado. Ella y Scorpius llevaban una relación de  aproximadamente un año.

-Terminé con ella- soltó el rubio si preámbulos- No era la persona que amaba. Justo de eso quería hablarte, Albus – el rubio acercó su rostro al de Potter, dejando una diminuta distancia entre sus labios.

-De... deberíamos sentarnos Scorpius, no creo que esta sea una buena posición para hablar- respondió Albus ladeando un poco su rostro para dejar de ver los ojos de Scorpius.

-¡NO!- respondió casi enojado- lo siento-se quedó pensativo- no puedo, temo que puedas huir.

-No huiré Scorp, soy tu mejor amigo. ¿Qué podría hacerme huir de ti? – el moreno soltó una risita nerviosa.

-Al...-el rubio acercó su boca hasta el oído derecho del moreno, sus brazos rodearon la cintura del menor y lo atrajeron hacia su cuerpo- te amo –susurró con un tono de voz seductor

Albus se quedó totalmente estático, si no fuese porque sus dedos se movían en señal de nerviosismo podría haber jurado que alguien le había lanzado un Petrificus Totalus. Sintió sus mejillas arder, su respiración se había acelerado al igual que el ritmo de su corazón. Scorpius había dicho que lo amaba, su mejor amigo, aquel con quien compartía la habitación había dicho que lo amaba, había terminado con su novia para decirle a él, Albus Severus Potter, que lo amaba sin la menor seguridad que el menor correspondiera sus sentimientos.

-Escúchame, Al-habló el rubio sacándolo de sus pensamientos y enfocando sus ojos grises en los esmeraldas del otro- se que puede sonar raro y todo eso pero, en verdad hace mucho tiempo dejé de verte como un amigo.

Scorpius observó con detenimiento a Albus, esperando una respuesta. Una respuesta que no llegó.

-Bien, te dejaré para que lo pienses. No te presiones. Solo tenlo en cuenta. Si decides rechazarme nada cambiará entre nosotros pero, ten en mente que un Malfoy siempre obtiene lo que quiere. Si me das una negativa, no me rendiré hasta que cambies de opinión.

Más allá de la amistadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora