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Harry estaba sentado en la sala de su casa viendo por la venta su jardín y observaba como poco a poco se iba escondiendo el sol.
Pensaba en todo y en nada para ser sinceros. Pensaba en que su pequeña Lydia iba a venir a visitarlos estas vacaciones de invierno.
Lydia estaba en su segundo año de universidad estudiando para ser una historiadora del arte y no tenía duda que sería la mejor de todas.
No podía creer como su niña (porque para él seguía siendo su niña, SU BEBÉ) tenía 19 años, casi una adulta.
No había duda de que Louis y él habían hecho un gran trabajo con su hija.
Era tan parecida a los dos, era la combinación perfecta de ambos.
Era bajita como Louis, tenía los rizos y sonrisa de Harry, pero los tan azules ojos de Louis. Era tan bondado como ambos pero un sentido del humor muy parecido al de Louis, lo indecisa que podría a llegar a ser Harry.
No había duda de que Lydia era la combinación perfecta de ambos y no podría sentirse más feliz y orgulloso de esto Harry.
Estaba sumergido en sus pensamientos cuando escucho la puerta de la entrada abrirse.
Salió casi corriendo porque está a seguro de que sería su pequeña Lydia. En cuanto sus miradas de cruzaron, ella dejó caer todo su equipaje al suelo para correr al encuentro con su padre que tanto extrañaba.
Harry no dudo en levantar a su hija en su gran abrazo y darle vueltas como cuando era una niña.
- No tienes idea de cuanto te extrañes. -Le decía Harry a su hija mientras aún la sostenía en el aire.
- Y yo a ti papá, si pudiera pasaría toda mi vida en tus brazos. - Le respondía Lydia mientras derramaba unas cuantas lágrimas por sus ojos heredados por Louis.
- Pero no llores, sabes que odio verte llorar. - Decía Harry mientras limpia las lágrimas de esos ojos que tanto amaba.
- Creó que estoy muy sensible, ya sabes, la universidad, el que ya no te veo a ti ni a mamá y aun que nos la pasemos discutiendo la extraño muchísimo.
- Te entiendo, tu mamá tiene el carácter difícil y que tu tengas su temperamento no lo hace más fácil.
- ¡Oye, no es cierto! - Dijo Lydia un poco ofendida pero con una gran sonrisa porque sabía que era verdad.
- ¿Nos vamos a quedar parados aquí todo el día o piensas pasar en alguno momento?
- Cierto, creo que sería buena idea subir y desempacar.
- Lo mismo pienso, blue eyes
Harry tomó las maletas de su hija y se dispuso a ayudarla a desempacar, tal vez para la edad de Lydia era muy raro que se llevara tan bien con su hija casi adulta. Pero desde que entró a la universidad lo único que quería era disfrutar del poco tiempo que pueden pasar juntos, no iba a perder su tiempo en discusiones tontas, lo único que quería ver era verla sonreír y él se encargaría de que su hija nunca perdiera esa sonrisa tan parecida a la suya y ese brillo en sus ojos azules iguales a los de Louis.

How I Met Louis (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora