Prólogo

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El sonido de un teléfono se oyó por la casa, no era primera vez ni la segunda que oía ese maldito sonido, Tara estaba aterrada.

No tuvo más opciones, sabía que la persona que la estaba perturbando esa noche seguiría llamándola, respondió de nuevo mientras acercaba el aparato a su oído temblorosa, el silencio sepulcral hacia más aterrador el ambiente en el que se encontraba ahora mismo.

Como si estuviera en una verdadera película de terror.

—¿H-Hola?.— susurró la morena apenas, su corazón latía a mil con cada segundo que pasaba

—Pregunta extra... Tara...— habló una voz grave a través de la línea

Su víctima se encontraba angustiada, afligida, le dolía el costado de su abdomen por la herida que recibió minutos atrás, sus manos temblorosas y manchadas de su propia sangre seguían sosteniendo aquel teléfono, temia por su vida, no quería morir.

Ya no podía más con el terror psicológico que le estaban creando en ese momento.

—Por favor, ya...— susurró sollozante pidiendo que parará, no podía más

—¿Crees que pude entrar a tu casa antes de la reactivación?.— preguntó

Antes de que Carpenter pudiera hacer algo, sintió como alguien la tomaba por detrás, un cuchillo se encajo con fuerza en su abdomen haciendola experimentar el peor dolor que cualquier ser humano sentiría, soltó un gran grito de horror y dolor mientras era empujada por aquel enmascarado que usaba el disfraz de Ghostface.

El asesino iba a atacarla de nuevo pero a cambio recibió un codazo en la cara haciéndolo enfurecer, este agarró su cabello con fuerza y la tiro contra el piso sin darle la oportunidad de huir.

Tomó sus piernas con intenciones de arrastrar a su víctima, pero recibió una patada en su estómago que lo hizo retroceder, así que en un movimiento el asesino pisó bruscamente el tobillo de Tara, destrozando su hueso escuchando más gritos de horror y dolor de ella.

Se giro en el momento que el asesino alzó su cuchillo para apuñalarla otra vez, Carpenter detuvo el ataque al poner su mano justamente cuando el cuchillo iba a apuñalar su cuerpo, recibiendo dolorosamente aquella herida en su mano.

El dolor era insoportable, le dolía la garganta de tanto gritar. Tara en un intento más por defenderse pateó con fuerza el pecho del asesino, apartandolo de ella y ocasionando que este cayera al suelo. La morena intentaba arrastrarse hacia la salida con las pocas fuerzas que le quedaban, ya no quería vivir más ese infierno que estaba viviendo en carne propia.

—¡Auxilio!.— gritó por ayuda hasta que su voz ya no pudiera más

El asesino lentamente se reincorporó del suelo ladeando la cabeza observando a su víctima de manera fija, se puso de pie con su cuchillo en manos cubierto de sangre caminando hacia Tara. Los sonidos de las sirenas de policía no se hicieron esperar por el sitio, ya no tenía que perder más tiempo por tonterias, por lo tanto, tomó la pierna de la joven y la arrastró hacia él evitando que fuera hacia la salida principal de la casa.

Una apuñalada, después dos y seguida de otras más le propinó a la morena, oyendo sus gritos de dolor con cada herida nueva que le provocaba en su cuerpo, Ghostface alzó una última vez su cuchillo mirándola fijamente.

La persona detrás de la máscara sonrió por la expresión de su víctima, la película quedaría perfecta con la escena que estaba creando ahora mismo.

Pronto sería famosa y también ayudaría a cumplir el sueño de su chica de ser una famosa directora de cine, para ella eso era arte.

Así que la apuñalo por una última vez escuchando el grito de la muchacha que tenía debajo suyo agonizando.

JUDAS | ScreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora