Lunes 21/11/2022.
Se levantó Elisa como todos los días bien temprano para hacer el desayuno, en esta ocasión preparó unos wafles. Mientras cocinaba, en su mente se planteaba cómo podía sacar el tema del matrimonio a Misael, sólo un par de veces surgió esa conversación entre ellos, sinceramente no se lo habían tomado seriamente en ese tiempo, ya que pensaban que eso no era crucial, al final ambos se querían y para ellos era suficiente. Pero, ahora era distinto, después de pensarlo con detenimiento veía el matrimonio como la base fundamental de la familia, y ya con una niña pequeña era lo mejor, además la idea de una linda aunque simple boda, un anillo en su dedo y estar al lado de su príncipe azul por el resto de su vida, pero al fin con documentación que respalde esa unión le hacía bastante ilusión.
— Bon día mi vida. ~saludó Misael que ya había despertado, entrando a la estancia. Acción que hizo dar un respingo a Elisa por la sorpresa~
— Buenos días, pan de coco. ~dijo y le dio un beso~
Sirvió el desayuno para ambos y se sentaron en el comedor.
— ¿Cómo dormiste? ~preguntó Elisa a su pareja~
— Bien, tuve un sueño reraro.
— ¿Qué soñaste?
— Soñé con un hombre pollo. ~Elisa soltó una carcajada~
— Ok... eso si es raro.
— ¿Y tú? ¿Soñaste algo?
— Pues... Soñé que nos casábamos en un salón muy bonito, y tú vestías un traje oscuro y me esperabas en el altar con tu bella sonrisa... ~siguió contando ilusionada~
Más que un sueño ya se estaba formando la boda en su cabeza. Vio a Misael sonreír mientras contaba, de seguro su imaginación recreaba la escena. Le tomó la mano pero no comentó nada.
¿Debería pedirle que se case conmigo? Se preguntó el joven pensativo.
El mensaje que le quiso hacer llegar Elisa estaba empezando a surgir efecto, y ella obtuvo lo que quería: saber que si le pedía matrimonio cabía la posibilidad de que dijera que sí.
Más tarde cuando Misael ya iba saliendo de la universidad junto a Liliana, llevado por la confusión que Elisa le había surgido, decidió hablar con su amiga, que como era mujer tal vez entendería y podría ayudarlo.
— ¿Puedo preguntarte algo?
— Ya lo hiciste. ~respondió ella~
— Otra cosa.
— Suéltalo.
Le contó lo sucedido en la mañana y le preguntó qué quería decir.
— Quiere que le pidas matrimonio. Está bien claro. ~lo miró con cara de "como puedes ser tan bobo"~
— Y… ¿debería?
— Qué sé yo, eso depende de ti. Pero si no estás en esa onda deberías dejárselo claro rápido.
¿Debería hacerlo? Se preguntaba Misael. Hace tanto tiempo que estaban juntos, la quería y ella a él. ¿Qué le impedía tomar esa decisión? ¿Miedo... al rechazo? ¿A no ser suficiente, a equivocarse y que luego ella lo dejara y se llevara a su hija? ¿Qué? De haber sido así hace tiempo que ni estarían juntos.
Las dudas rondaban su cabeza, y ninguna excusa estaba lo suficientemente elaborada como para negarse a tan anhelado deseo, tener una boda y vivir una vida feliz, con sus altibajos, con su familia.
La respuesta se volvió obvia para él, si o si le pediría a Elisa que se casara con él.
Por otro lado Elisa no perdió tiempo y ya estaba planificando la propuesta con Liliana.
Chat: Elisa y Liliana.
Liliana en línea.
Elisa: ¿Y si se lo pido con una canción?
Visto: 6:22pm.Liliana: No es mala idea.
Visto: 6:23pm.Elisa: Pero, no se. Aún no me convence.
Visto: 6:23pm.Liliana: Podrías escribirlo en el fondo de una taza de café.
Visto: 6:24pm.Elisa: También.
Visto: 6:24pm.Liliana: Medítalo un poco y mañana hablamos ¿te parece?
Visto: 6:25pm.Elisa: Mejor, hablamos mañana.
Visto: 6:25pm.Elisa se desconectó.
Liliana se desconectó.
ESTÁS LEYENDO
Lo Que Hay Detrás De Una Máscara
Short StoryÉsta es la historia de dos jóvenes estudiantes de psicología, que para su proyecto de grado deciden realizar un estudio sobre "Las máscaras del hombre ante la sociedad". Ellos en el transcurso de la trama se van conociendo y van forjando una amistad...