Capítulo único

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El sudor corría por su frente y su corazón estaba más agitado. El balón frente a él, situado en la marca que el árbitro había hecho, parecía hacerle señas.

El ruido de las personas esperando, las porristas animando.

¡Eh! ¡Eh! ¡Hyunjin! ¡Hyunjin!

El silbido del árbitro en sus oídos anunciando que ya podía patear.

Hyunjin pateando, la pelota volando.

Y golpeando en el marco.

Maldita sea. Falló.

Aunque sabía que fallar estaba en una de sus posibilidades, pero aún así le molestó perder la oportunidad de un gol aunque su equipo lo estuviera animando.

Era la última jugada e iban empatados, así que cuando el árbitro levantó los brazos anunciando el final del partido, Hyunjin no tardó en volver a los vestidores aunque el público lo animaba.

—Está bien, hyung —dijo Jeongin llegando a su lado. El joven era la nueva incorporación al equipo y estaba siendo un gran jugador—. Todos fallamos un penalti.

Hyunjin lo sabía. Pero su obsesión por la perfección evitaba que se sintiera bien consigo mismo.

—Estoy bien —gruñó tomando una toalla y adentrándose a las duchas.

Duró más de lo que esperaba. Cuando salió de las duchas, los vestidores estaban casi vacíos. Sabía que muchos de sus compañeros se dirigían a esperar a sus novias fuera de los vestidores femeninos dónde se cambiaban las porristas femeninas. Los animadores masculinos compartían el mismo vestidor que los jugadores.

Así que no le sorprendió encontrar a Félix ya vestido, esperando a Jeongin.

—Fue un gran partido —dijo Félix brindándole una sonrisa, sabiendo que Hyunjin se estaba regañando en su interior por el penalti. Hyunjin le sonrió, era imposible negarle una sonrisa a Félix.

—Gracias. Ustedes animaron increíble —respondió. Félix iba a hablar pero otra voz lo interrumpió.

—Es nuestro trabajo —dijo Jisung saliendo de la ducha—. Nosotros si lo hacemos —Hyunjin rodó los ojos al ver a Jisung. Felix los miro un poco nervioso y soltó un suspiro de alivio cuando Jeongin le dijo que ya podían irse.

—¿No puedes vivir tranquilo si no me estás molestando? —preguntó Hyunjin. Jisung hizo una mueca mientras comenzaba a cambiarse, pero ignoró la pregunta de Hyunjin.

—La verdad es que no sé porque nos desgastamos animándote cuando pierdes un penalti así.

—¿No has pensado que tal vez tu voz me irrita al punto de desconcentrarme? —respondió. Jisung soltó una risotada.

—No es mi culpa que juegues tan mal.

—Si jugara tan mal no me tendrían de capitán.

—Tal vez tienen bajos estándares.

—¿Qué me dices de las porristas? Mira que tenerte a ti de capitán en vez de una de las chicas.

—Soy lo suficientemente fuerte para mantener estable una pirámide.

—Tal vez solo te acostaste con el entrenador para que te diera el puesto —Jisung le lanzó una mirada asesina. Ya estaba dispuesto a irse a los puños con Hyunjin cuando alguien carraspeó.

—Tal vez deberían dejar de pelear como niños e irse a casa —la voz de Changbin sonó con hartazgo. Aunque ya todos sus amigos estaban acostumbrados a sus discusiones con Jisung, también les cansaba.

Take me to churchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora