10.

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—¿Hanbin? —murmuró Zhang Hao mientras que con las yemas de sus dedos tocaba la madera de la puerta.

—¿S-sí?

—Tú madre me ha enviado un mensaje, estará antes de lo planeado aquí —se escucho un pequeño sollozo tras la puerta—. ¿Qué sucede?

—No q-quiero q-que te vayas —pide entre sollozos, Hao sonríe con ternura pero rápidamente niega con la cabeza—. Quédate.

Antes de que el pelinegro pueda formular una respuesta, se escuchan pasos veloces subir las escaleras, llantos que se dirigen a la habitación donde están ellos. Zhang Hao salta en su lugar cuando la perilla es forzada provocando un sonido y seco.

¡Quédate, quédate! —la voz de los niños es aguda, dolorosa, casi agonizante a los oídos del mayor.

Hao no puede evitar sentir miedo cuando logran zafar el seguro.

—¡Hanbin! —le llama abriendo la puerta del baño donde puede ver al tintado en ropa interior, sus piernas están llenas de hematomas que cubren su piel pálida—. Dios... —no le da tiempo reaccionar cuando la puerta es azotada con fuerza revelando a dos pequeños niños asustados.

¡Spectare supra te! —vuelven a exclamar.

Inveniet comienza a gritar, ahora su ropa mojada por el agua comienza a escurrir sangre, ensuciando el suelo. Sin embargo no se mueven, Eurus comienza a llorar y ahora parece que su cuello está de una manera rara que hace que su cabeza quede de lado dejando ver que la parte de su cráneo derecho está desecho.

—¡Hyung! —exclama Hanbin aterrado mientras el mayor se dedica a cerrar la puerta, las delgadas piernas del chico pálido tiemblan y el pelinegro solamente puede abrazarlo provocando que estás se enreden en su cintura—. N-no m-me d-dejes...

—No voy a dejarte, Hanbin —le dice con determinación, su corazón late con fuerza. El tintado llora en su pecho y se abraza de una manera exagerada al cuerpo del pelinegro; sus hipos son una tortura para Hao sin embargo, no se mueve y no dice nada.

—H-hyung —le nombra sobre su cuello, dejando un beso en el. El mayor cierra sus ojos casi por instinto.

Simplemente no podía dejar a Hanbin ahí, no podía dejar aquel chico indefenso. Su piel era tan perfecta como para ser llenada de hematomas. Él era sumamente amable, noble, cariñoso, como para que sufriera esas cosas.

Hao abrió sus ojos y se observó por el reflejo del baño, en ese momento todo fue un flashback. Hace dos noches había decidido entrar al baño del piso de abajo escuchando aquella frase que los niños insistían en que supiera y Hanbin sabía qué significaba aquella palabra. ¿Por qué?

—Hanbin... —se separa un poco—. ¿C-cómo sabías aquella frase que esos niños me dijeron?

—M-mi mamá me enseño latín —dice sonriendo.

"Nosotros no hablamos lo que tú hablas."

—¿Latín? —murmura casi para sí mismo y comienza a buscar en sus bolsillos, su celular no está—. Mi celular se quedo afuera, debo ir por el.

—¿D-dije algo malo? —Zhang Hao niega con la cabeza y golpea un poco la puerta, sin embargo no hay respuesta.

—Debo salir ya —dice desesperado y vuelve a tocar, pero no hay respuesta.

—N-no puedes.

Vuelve a tocar nuevamente con desesperación, pero aún así no se escuchan esos golpeteos y sin decir más, abre la puerta para poder notar que su celular está en su cama. Pero no hay nadie en la habitación, camina rápidamente hacia él pero siente como alguien lo toma de la muñeca provocando que baje lentamente la mirada.

Ojos ahuecados le miren desde abajo, sangre que baja de su cabeza y un cuello sumamente extraño, cabello alborotado y sonrisa con sangre podrida.

Hao siente como sus piernas quieren fallar sin embargo, Eurus solamente alza su mano señalando la ventana, en específico un pequeño pato que funciona como una rosa de los vientos en el tejado de la casa de al lado. Cuando el pelinegro vuelve a girar la niña le sonríe mostrando que tiene cicatrices en las mejillas.

De la A a la M, de la N a la Z —le dice soltándolo para después comenzar a caminar hacia la puerta—. Ordena nuestros nombres —finalmente desaparece por el pasillo dejando el aire sumamente tenso y frío. El mayor se gira hacia su dongsaeng donde puede ver un hilo de sangre que baja de su frente.

—Vistete y no te separes nunca de mí, ¿vale? —le pregunta. Trata de ignorar aquello pues sabe que si se preocupa no podría salir de la habitación, es como si su instinto quisiera proteger de todo a Hanbin, el contrario asiente lentamente mientras que baja del lavabo. El pelinegro se gira hacia su celular y abre un buscador tecleando Eurus.

"La definición de Eurus es viento que viene del este."

—Viento que viene del este —murmura en voz baja, toma un bolígrafo y lo anota en su antebrazo.

Ahora colocó Inveniet.

"Palabra que viene del latin; encontrar."

Hao nuevamente tomo su bolígrafo y se detuvo cuando noto la frase que escribió, »ordena nuestros nombres«, solamente faltaba una palabra, cosa que el mismo escribió.

Encontrar al viento que viene del este.

—Hyung, ¿q-qué pasa? —el menor sale del baño notando que el pelinegro se ha puesto pálido. Zhang Hao giró nuevamente hacia la ventana, notando que aquel pequeño pato de madera era golpeado por el viento.

—Ven, rápido —le tomó de la mano y sin pedir "permiso" salieron corriendo hacia el jardín trasero, el pecho de Zhang Hao subía y bajaba con rapidez. Sus ojos nuevamente miraron aquella rosa de los vientos y comenzó a correr.

—E-espera, hyung —dice Hanbin mientras que trata de seguirle el paso al pelinegro—. ¿Q-qué s-sucede?

Antes de que Hao pudiera contestar, su pie se atoró con algo provocando que este cayera junto a Hanbin. Soltó un quejido cuando trato de mover su tobillo, colocó ambas manos en el suelo y se impulsó hacia arriba notando que una superficie rocosa se encontraba debajo de él; gimió de dolor cuando logró sentarse, el viento que ahora golpeaba con fuerza logró mover unas cuantas hojas y ramas del suelo haciendo que el chico que había llegado por equivocación a ese trabajo, se percatara de unas pequeñas letras.

—¿Estás bien? —le pregunta, el tintado asiente comenzando a levantarse—. Hay algo aquí...

Comenzando a mover toda aquella tierra mojada encontró unos pequeños nombres que fueron olvidados por el tiempo.

Sung Hanni.

Sung Haemin.

hanbin house ♡ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora