Pequeñas Historias WINTERIRON, y... ¿algo más?

*Dramas del Olimpo*

Buenas queridos lectores, sé que últimamente he estado un tiempo bastante largo sin publicar, pero bueno, mi inspiración a estado un poco ¿vacía?

Como compensación, hoy he decidido regalarles otro drama inspirado en las tragedias griegas, tengan en cuenta que adoro mucho este tipo de mitología, por lo que no se sorprendan si en algún momento futuro salgo con uno nuevo.

Gracias por ser tan pacientes conmigo, y sobre todo por siempre tomarse un poquito de tiempo para leerme y regalarme su enorme apoyo. Disfruten de esta nueva ocurrencia mía inspirada en un mito griego, está basado completamente en él, sepan que investigue bastante para ser fiel a la historia.

Sin más que decir, disfruten la lectura.

* * * * *

En la religión de la antigua Grecia, se cuenta que doce dioses olímpicos eran los principales dioses del panteón griego, aquellos quienes moraban en el monte Olimpo, los cuales tenían la obligación de desempeñar un rol específico según su puesto y jerarquía en el reino de los dioses; Afrodita (también conocido como Anthony según algunos relatos), de quien hablaremos en esta historia era el dios de la belleza y del amor sexual, quien había nacido del mar y su belleza era superior a la de cualquier criatura viviente en la tierra y el panteón de todos los dioses, todos aquellos quienes tenían el privilegio de verlo, ya sean dioses y mortales, quedaban prendados de su hermosura, y el castaño lo sabía, en parte, por eso era tan vanidoso y arrogante.

Por el contrario de Hefesto, quien era el dios del fuego, de la forja, de los herreros y de los artesanos, el hombre era uno de los que secretamente estaba enamorado del dios Afrodita; Hefesto era hijo de Hera y de Zeus, dios de Dioses, y podía decirse que era todo lo contrario al dios de la belleza, por eso algunos solían considerarlo como una criatura poco agraciada, el hombre tenía un aspecto tan descuidado y desagradable, que su propia madre Hera lo expulso del Olimpo, por lo que, ante el rechazo y humillación de su propia madre, este decidió hacer lo que mejor sabe hacer, que es vengarse. Por eso construyó en su taller un trono mágico y mediante engaños consiguió que Hera se sentara allí. 

Al hacerlo, ella quedó atrapada sin poder moverse.

Es así, ante las suplicas de su propia madre por querer liberarse, que Hefesto logro su cometido que en tantos años mantuvo en secreto, el hombre puso una sola condición para liberarla, y era que los dioses le dieran al dios Afrodita como su esposo; Zeus, tan desinteresado como siempre de las opiniones ajenas, acepto la condición de su deseo, pero eso no significaba que el castaño estuviera contento con aquella situación, el después de todo detestaba al hombre por el simple hecho de no ser tan hermoso como él.

–¡Esto debe ser un jodido mal chiste! –Exclamo enfurecido cuando entro en el salón principal que usaba Zeus para satisfacerse en sus noches libres del ojo acusador de Helios.

–¿Desde cuando has considerado mis órdenes un chiste? –El dios Zeus (también conocido por el nombre Tiberius por algunas mortales) ni siquiera mostró interés en las objeciones que escupía el castaño sobre su desacuerdo por su reciente matrimonio con un dios tan desagradable. –Hefesto es un dios honesto, deberías estar agradecido que alguien como el sienta algún tipo de sentimiento romántico por ti, quien eres uno de los tantos dioses más odiados de todo el Olimpo, no encuentro sentido a tu desacuerdo. –El hombre sonrió arrogantemente cuando el ceño del castaño se hizo más notorio, pudo escuchar como una de las amantes a su alrededor murmuró bajito que entendía su objeción con respecto al matrimonio autoimpuesto.

–¡No tienes derecho a obligarme a esto!

–¿No lo tengo? –El hombre de cabellos azabaches levanto una de sus cejas con superioridad, realmente le sentaba de maravilla burlar al arrogante joven que osaba en ocasiones ser un caprichoso revoltoso que no respetaba a su rey. –El trato está terminado, quieras o no tu reina la diosa Hera ha bendecido tu matrimonio, y yo por supuesto estoy de acuerdo con ello.