Prólogo

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Siempre he sido un luchador. Con padres que apenas se las arreglaron para permanecer fuera de prisión y dos hermanos pequeños que por poco se libraron de familias de acogida, me volví un experto en esquivar los golpes que la vida me lanzaba. Al crecer, no tuve nada a lo cual poder llamar mío...  hasta el momento en que conocí a Mark Tuan.  

Me hice completamente adicto a él y al escape de realidad que nos brindábamos. A lo largo de los años tuvimos distintos novios, pero no hubo una sola noche en que no escuchara su voz en mi cabeza. 

Verás, conocer al amor de mi vida a los trece años nunca fue parte del plan. Sin embargo, tampoco lo fue quedarme sordo a los veintiuno. 

Ambas cosas ocurrieron, de todos modos.

Ahora me encuentro contra las cuerdas atravesando las batallas más duras de mi vida, luchando por mi carrera, luchando contra el silencio inminente.

Luchando por Mark.

Cada noche antes de quedarse dormido él suspira, cuando su último aliento consciente lo deja.

Creo que ese es el sonido que más voy a extrañar.





Jackson. 

—Baja del auto. —La punta fría de un arma presionaba contra mi sien.

—No tengo dinero—dije rápidamente, levantando cuidadosamente mis manos en el aire. 

—¡Sal. Del. Maldito. Auto! —gritó un hombre alto, bien vestido, antes de abrir la puerta de mi camioneta.

—Toma lo que quieras, cabrón—dije mientras salía. 

—Oh, eso es justo lo que haré, ¿Dónde mierda está mi dinero? —Giró la culata hacia mi rostro, pero fue demasiado lento. Me rozó mientras me inclinaba hacia un lado, el impulso hacia delante lo hizo tropezar e hice mi movimiento antes que pudiera recuperar el equilibrio. Le di un puñetazo seguido de un gancho derecho. Escuché el arma dispararse. 

—¡Jack! —gritó mi papá desde algún lugar en la distancia. Tenía que largarse de allí, ambos teníamos que hacerlo. 

—¡Tiene un arma!—le advertí mientras me lanzaba hacia el sujeto. No tenía idea si me había disparado ya, pero sabía con certeza que lo haría si no lograba sacarle la pistola. Fui capaz de tirarla a sus pies, pero no lo suficientemente rápido para evitar que volviera a recuperarla.

—Muévete un maldito centímetro más y juro que voy a hacer que sea el último—prometió, apuntando a mi cabeza a menos de treinta centímetros de distancia. 

No tenía otra opción que quedarme quieto. 

—¡Mierda! —gritó, tocándose la boca con sus pulgares. La sangre se derramaba de su nariz y simplemente la limpió con su manga. Puso el arma contra mi pecho —Camina— ordenó con un profundo gruñido señalando al oscuro almacén. 

—No —respondí firmemente—, no voy a ir a ningún lado contigo. Toma mi camioneta, mi billetera, lo que sea que quieras. 

—¿Sabes lo que quiero, hijo de puta? Mi. Maldito. Dinero. 

—¡No tengo tu dinero! 

—¡Tonterías! —Tomó la parte posterior de mi cabello y puso el arma debajo de mi barbilla— ¡Esa mochila que robaste de Rui Wang me pertenecía! Solo dame el maldito dinero y te irás sin un agujero en tu maldita cabeza. 

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⏰ Última actualización: Oct 12 ⏰

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Fighting Silence {Markson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora