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—¡Mierda, haces de todo! ¿Entonces este es de esa novela china? Perdón es que son treinta mil y no me voy a acordar los nombres jamás —Rió el rubio  con celular en mano, este estaba pasando sus brazos sobre la mesa para que Xiao pudiera ver la pantalla de su celular, este otro estaba también más cerca para poder ver el teléfono.

Si, estaba fraternizando con el enemigo

Recordemos que el ojimiel tiene un doctorado en el auto-sabotaje.

Además por mucho que intentase resistirse, era inevitable para él no ser una mariposa social.

—Si... Ese... me tardo más tiempo porque nunca había hecho ropa tradicional china —Habló un Xiao de forma más retraída.

La conversación por fin estaba fluyendo y llegó al punto de que Aether logró que Xiao le enseñara la cuenta donde publicaba todo lo relacionado con su hobbie.

El cual estaba reacio al inicio, pero la emoción y el interés genuino del más alto lo convencieron finalmente.

Aether era el que más hablaba de los dos.

Después de todo su objetivo era llevarse bien con el más bajo para contentar a su amigo, lo que  no pensó es que genuinamente le darían ganas de hablar.

En ese rato en el que claramente Venti los dejo solos a propósito, Aether cambio de opinión con la impresión amenazante y seria que le daba el chico.

Xiao era adorable.

Un chico de mirada sombría y seria, con piercings y un tatuaje, con vestimenta negra y con el pelo teñido.

Que le tejía gorros bobos con crochet a su novio y le gustaban las cosas ñoñas.

¡Ni siquiera tomaba alcohol!

¡Era un niño bien que se hacía licuaditos de frutas e iba al gimnasio los fines de semana!

¡¿Venti conocía de esos?!

A sinceridad tenía miedo de que su amigo estuviera saliendo con un chacal maloliente igual o más alcohólico perdido que él.

Sabía que lo más probable sería que no fuese una mala persona, pero no esperó que se le hiciera tan... Lindo.

Quería agarrarlo, meterlo en su bolsillo y alimentarlo con mandarinas o algo.

Solo tenían apenas una hora de juntada y Aether contaba con emociones tan contradictorias y desordenadas que agobiarían a cualquiera.

En todo ese rato buscó algún mínimo defecto para justificar su odio, pero no tenía nada para estar en contra del chico de aura oscura.

Era una persona muy entrañable cuando logras escarbar un poquito su armadura de chico rudo.

Y mierda

Oh santa mierda divina

Aether tiene una especie de necesidad clínica con bajar las defensas de cualquier inadaptado social que se le cruzara.

Y en especial se sentía inevitablemente atraído como imán a personas oscuras que tenían un lado tierno.

Eran como su debilidad.

¿También lo serían para Venti?

Si es así Aether nunca tuvo una oportunidad

Curioso de mencionar es que Aether pensó haber superado ese interés cuando empezó a gustarle Venti, ya que el de mechas azules no coincidía para nada con esa descripción. Y ya tuvo suficientes de estos especímenes en su vida.

Pero al parecer viejos hábitos no se pierden fácilmente.

—¡Foa! Ese es bien tus vibes  — Habló emocionado el rubio señalando la pantalla nuevamente a un cosplay del más bajo.

Donde caben dos caben tres • XiaothervenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora