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Jeonghan tomó una respiración profunda, sus ojos abriéndose lentamente cuando despertó, y se encontró con el rostro tranquilo y dormido de Joshua frente a él. Frotó sus párpados, somnoliento, para después fijar su vista en el cuerpo del alfa, y no pudo evitar ruborizarse al ver todas las marcas y mordidas que dejó la noche anterior, cuando volvieron a hacer el amor, y más tarde, cuando se puso todo cariñoso y juguetón.
Todavía se sentía débil, un poco caliente, sumiso y pequeño, como un cachorro necesitado de atención, sin embargo, estaba consciente de sus acciones, a diferencia de los últimos cuatro días.
Eso sólo significaba que el celo ya estaba acabando por completo.
Delineó una de las marcas que hizo en el cuello de Joshua, avergonzado por la forma en la que había actuado, marcándolo por todas partes como un animalito territorial que no quería que nadie más mirara lo que consideraba como suyo. Era la primera vez que actuaba así, porque con Chae, siempre su omega se sometió ante el miedo que sentía, y tenía claro que comportarse de esa forma implicaría ser golpeado o abusado.
Era el primer celo que pasaba en su vida con alguien a quien quería. No, más que eso, era el primer celo que realmente disfrutaba como tal.
Se removió entre los brazos de Joshua, notando entonces que lo estaba abrazando como un koala, y luego notó algo que lo hizo ponerse colorado.
Joshua seguía en su interior, semi-erecto.
Claro, luego de la tercera vez que lo hicieron la noche anterior, Joshua estaba demasiado cansado como para irse a bañar, y murmuró antes de quedarse dormido algo sobre echarse a dormir como estaban.
Jeonghan se sentía pegajoso, un poco sucio, pero por sobre todo, era capaz de sentir todavía el semen de Joshua dentro de su ano, y eso lo hizo cavilar un momento sobre las claras probabilidades de un embarazo.
— En lo mucho que te quiero. —contestó, dándole un pequeño beso en los labios.
Joshua sonrió de medio lado, sin abrir sus ojos, atrayéndolo más contra su cuerpo. Jeonghan jadeó al sentir su interior siendo invadido más profundamente, sintiéndose ahora húmedo debido al lubricante que comenzó a soltar.
— Yo igual te quiero, Hannie. —le respondió Joshua con voz profunda.
Jeonghan, un poco vacilante, se movió en la cama, tomando fuerza para sentarse sobre la cadera de Joshua, y lo montó con un jadeo. Joshua dejó salir un gemido gutural, abriendo sus ojos ahora, chocando con la mirada ruborizada del omega. Enarcó una ceja.
