Capitulo 28

79 17 56
                                    

Después del madrazo que se dio Lauren y que Camila se despertara por la música del chorizos. Ambas se empezaron a arreglar para ir al tianguis.

Los padres de Lauren simplemente notaban que su hija ya cantaba más canciones románticas que de despecho, y si es que cantaba de despecho lo hacía con una sonrisa en la cara, así que no fue sorpresa para ellos escuchar como Lauren empezaba a cantar "yo no nací para amar - Juan Gabriel" con un tono alegre, en el baño.

Los padres de Camila ya estaban acostumbrados a las loqueras de su hija mayor, así que ellos no notaban nada fuera de lo usual, solo que se bañaba más seguido.

Bueno, ya fueron 115 palabras de puro relleno de introducción, ahora ya vayamos a darle inicio a esta historia de amor tercermundista.

Antes de salir, Lauren le envío un mensaje a Camila, diciéndole que ya estaba saliendo de su casa. Camila al leer el mensaje iba despertando, así que rápido se metió a bañar. Mientras tanto, Louis andaba ya poniendo su changarro en el tianguis, lo que no esperaba era encontrarse con su ex, Eleanor.

-Veo que sigues vendiendo ropa de basurero en este lugar de nacos.- dijo con desprecio mientras lo veía poner su mesita.

-Y yo veo que sigues teniendo conectada la boca con el culo porque hablas puras mierdas.- tan educado nuestro enano.

-Mejor me voy, no sé para que vine a este basurero.- comento mientras pasaba del puesto de Louis.

-Ah mira, andaba bien pinche preguntón.- y así se trata a un/una cacas.

Después de eso, Louis simplemente suspiro y siguió acomodando su changarro, maldiciendo en voz baja su etapa hetero. Lo que no sabía es que encontraría al chico más fresa que pisara ese barrio, esa misma mañana.

Bueno, volviendo con nuestras tortas cubanas, Lauren ya estaba afuera de la casa de Camila, pero estaba en un dilema, no sabía si mandarle mensaje a Camila o tocar la puerta con una moneda. Así que para su suerte (o no), Alejandro iba abriendo la puerta, ya que su esposa lo había mandado por bolillos y un refresco.

-Diablos, tenía que abrir la puerta justo cuando iba a tocar una "testigo de Jehová".- fue lo primero que pensó Alejandro al ver a Lauren.

-Me lleva la que me trajo, tenía que venir justo cuando mi suegro no suegro iba saliendo.- y ese fue el pensamiento de Lauren.

-Yo...soy católico y no pienso discutir eso por horas.- fue lo primero que soltó el señor Pelo.

-Yo vengo por su hija, quedamos de salir al tianguis... aparte de que no me veo como una testigo de jehová.- ésto último lo dijo en un tono enojado la Jalapeño.

-Oh... lamento eso, es solo la costumbre. ¿Quieres pasar y esperarla en la sala?- ante todo la hospitalidad.

-Am... supongo que sí, la espero en la sala.- dijo no muy convencida ya que ni tiempo le dio de mandarle mensaje a Camila.

Después de que Lauren dio unos tres pasos dentro de la casa, Alejandro gritó -¡Mija, tu amiga la testigo de Jehová ya está aquí!- ya después cerro la puerta y corrió a la tienda.

Camila puso cara de estreñida cuando su papá gritó eso, ella no tenía una amiga que fuera testigo de Jehová. Así que terminó de ponerse los tenis y bajo a la sala. Debía de admitir que estaba nerviosa, no era la primera vez que su papá confundía a la gente y las hacía entrar a la casa mientras él iba corriendo a la tienda.

De hecho, en una ocasión dejo pasar a unos vendedores y a testigos de Jehová solo porque iba pasando el señor de los elotes.

Cuando Camila llegó a la sala, no pudo evitar soltar un suspiro de alivio, después soltó una carcajada.

Tamales Jalapeño PeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora