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El día siguiente llegó muy temprano al bufete, y Elena ya está en su puesto de trabajo.

- Buenos días, mi bella dama ¿Usted no duerme?

- Buenos días, mi flamante jefe, y por supuesto que duermo, pero siempre llego muy temprano.

- Ojalá muchos te siguieran el ejemplo ¿Ya llegaron?

- Hay dos pasaste que, si están en la oficina, son los primeros en llegar antes de la hora, los últimos en irse y completan sus casos lo más pronto posible.

- ¿Quiénes son?

- María y Alexandre, ya están en su puesto de trabajo.

- Muéstrame las cosas que han hecho.

Entro a mi oficina, veo el reloj y aún tienen quince minutos para llegar.

- ¿Siempre llegan temprano? — afirma.

- Los primeros en llegar, los últimos en irse y hace un tiempo pidieron un cambio para trabajar con el abogado Andrés.

- ¿Con Andrés, no conmigo?

- No creo que le tenga que decir lo que dice su primo de usted.

- Vamos a darle quince minutos a los demás si no llegan a tiempo los mandas de regreso con Damián o uno de sus abogados, no quiero incompetentes y gente que no tenga interés, en el grupo.

- Está bien, señor.

- ¿Me conseguiste lo que te pedí a noche?

- Acaba de empezar el día, dame chance.

- Me urge.

- Me lo imaginé si me escribes a esa hora.

Me deja solo, empiezo a revisar el trabajo de María y Alexander. No están mal, saben redactar, justificar, falta pulirlos para que sean excelente, pero a este nivel deberían estar avanzados.

- Buenos días — llega Andrés.

- Sobreviviste a la caminata.

- Para tu información me fue muy bien, hice ejercicio, y tuve una charla grata con mi vecina que tenía días que no veía.

- ¿Es linda?

- ¿No estás detrás de tu odiosa?

- No lo digo por mí, lo digo por ti, necesitas novia.

- No necesito novia, y si es linda, sobre todo porque tiene unos ojos muy raros, pero bonitos.

- Ningunos son tan hermosos como los de mi odiosa estrella.

- Para ti no hay nada que sea mejor que tu odiosa no novia, ¿Por qué llegaste temprano?

- Tenemos una reunión con los abogados, los cuales no han llegado, excepto dos.

- Alexandre y María — lo miro sorprendido.

- Sé observar, no son tan malos.

Le entrego los expedientes — tiene potencial, pero con Damián no han aprendido nada.

- ¿Qué piensas hacer?

- Por los momentos, si no llegan a la reunión, los enviaré con Damián de nuevo y sin patalear.

- Tendría a todos los abogados, se va a desesperar.

- Entre más tiene, menos trabajo hace.

Esperamos un rato más y acudimos a la sala de juntas donde solo había tres abogados; no te enojes, Connor.

Empiezo la reunión estableciendo sus deberes y derechos en esta empresa, no mencionan ni una palabra, parecen momias. Elena entra y le dice algo a Andrés.

Bajo la lluvia de estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora