20.(CH) voy a hacer una excepción contigo

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CEDRIC

L

Harry le dio un corto abrazo de despedida a Hagrid, y el hombre a duras penas contuvo las lágrimas en sus ojos. Cedric miró en otra dirección, él mismo amenazado por la humedad en los suyos, para darles privacidad. El profesor era un gran amante de los animales, y tener que despedirse así de uno...

Era simplemente horrible.

Cedric no se olvidó de agradecerle por la invitación y salieron al aire cálido de la tarde. No dijeron nada por unos largos minutos, sumidos en un silencio compartido.

—Quisiera poder hacer algo —murmuró Harry a mitad de camino, mirando el suelo—. A veces pienso que... No lo sé, que Draco disfruta hacer sufrir a otros, en especial si estoy relacionado de alguna manera. Hagrid es lo más cercano que tengo a una familia, y apesta verle así y que no haya nada para cambiarlo.

Cuánto Cedric habría querido tener una solución que ofrecer.

O haberse animado a abrazarlo como quería.

No estaba seguro de que sería bien recibido, a pesar de que recordaba aquel día en el bosque. Tampoco entonces sabía si su reciente amistad estaba en tales términos y le parecía que le había puesto nervioso. Al llegar a la entrada del castillo, Harry le dio las gracias por haberle acompañado. Cedric puso su mano sobre su brazo, moviéndola suavemente sobre la tela de su túnica, en un gesto afectuoso que no pudo contener. Temió por un momento haberle incomodado, pero Harry le dio una última pequeña sonrisa antes de subir las escaleras hacia su sala común.

LI

Era consciente de que probablemente no podía hacer nada para ayudar.

Eso no significaba que no iba a intentarlo. Volvió a salir fuera del castillo hasta el invernadero, donde habló sobre la situación con la profesora Sprout. Estaba apenada de conocer la resolución que había tenido todo el asunto, y aseguró que se pasaría a visitar a Hagrid ese mismo día. No estaba segura de si había algo que pudieran hacer, pese a que le parecía una atrocidad condenar a una criatura. El señor Malfoy se había recuperado de maravilla, le dijo, pero era su familia la que insistió hasta el final.

Dumbledore había hecho todo en su poder para detenerlo.

Incluso contrató a un abogado mágico especializado.

—El dinero y el estatus social, Cedric, a veces son más fuertes que la justicia.

La profesora se veía tan abatida y decepcionada como él.

LII

Había tenido otra idea que además de que probablemente no funcionaría, también era pésima. Todo su cuerpo se rehusaba a hacer tal cosa, pero tenía que probar hablar con Draco. Quizás podría perdonar a la criatura a último momento. Tal vez no fuera una persona tan deplorable.

Debía de tener un lado compasivo.

Uno que sin duda no mostraba con Harry, y era por ello que era Cedric el único que podía intentarlo.

Esperaba poder conversar civilizadamente.

—¿Qué haces hablándome? —le cuestionó Draco cuando le saludó, sorprendido de la peor manera.

Ya estaba saliendo todo lo mal que sabía que podía ir.

Juntó coraje y decidió exponerle el caso con tranquilidad.

Su experiencia como prefecto le había ayudado a encarar enfrentamientos, más que nada como tercera persona interviniendo, pero algo era algo. Imaginaba que Draco no le faltaría el respeto a un chico de quinto año con una insignia. No que a Cedric le gustara usar su atribuida autoridad, aunque podía encontrarla conveniente.

El chico de mis sueños -HEDRIC (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora