Capítulo 11 - Anuncios

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"Has estado bebiendo, ¿no?", se atrevió a preguntar, una hora más tarde, mientras Bellatrix luchaba por mantener la cabeza recta.

- ¿Qué?, saltó la bruja, recuperándose bruscamente.

"¿Estás borracho?", reformuló Hermione.

- ¡No importa que!

- No me mientas, exigió la joven.

"No estoy borracha", aseguró Bellatrix.

Los ojos vidriosos se alinearon con las pupilas marrones, y el Gryffindor supo que el Slytherin estaba mintiendo.

- ¿Por qué te cuesta mantener los ojos abiertos entonces?, insistió ella levantándose para acercarse al culpable.

-Solo estoy cansada, justificó la mujer.

"Hueles a whisky", dijo Hermione.

- Si y?, la bruja negra se molestó, ¿no me dejan tomar un trago durante mi hora de almuerzo? ¿Está escrito en mi contrato de reintegración tal vez?

Bellatrix estaba avergonzada, Hermione podía verlo.

- No, claro que no, ella se suaviza,

Más-

- Pero qué ?

- Pero no pensé que todavía tuvieras un problema con el alcohol, suspiró ella, más preocupada que decepcionada.

- No tengo ningún problema con el alcohol.

-Obviamente, nunca has tenido uno, irónicamente la joven.

"No me sermonees, Hermione, por favor," le reprochó la bruja.

-No te estoy sermoneando, estoy preocupada por ti, eso es todo, se templó.

El Gryffindor era sincero, el Slytherin podía leerlo en sus ojos.

-Han pasado 3 años desde la última vez que toqué

una sola gota de alcohol, le confió Bellatrix entonces. - Pero hoy, bebiste, recordaste

hermione

-Han pasado 3 años desde la última vez que bebí algo... Hasta hoy, admitió con dificultad, mientras una lágrima amenazaba con caer por su mejilla.

"Oh, Bellatrix, lo siento mucho", susurró Hermione, sintiéndose infinitamente culpable.

- No tienes que serlo, no te concierne en absoluto. »>>

La lágrima rodó por su mejilla y Hermione supo que estaba mintiendo de nuevo.

Entonces lo abrazó con todas sus fuerzas y Bellatrix no ofreció resistencia.

" Lo siento. ella repitió de nuevo. No para limpiar su conciencia, sino porque ella realmente pensé

La bruja negra abrazó a su vez a la joven, encontrando en este abrazo cierto consuelo en todas sus desgracias.

Solo que el consuelo fue breve y como una desgracia nunca viene sola, una picadura de recordatorio se deslizó en la habitación.

“Tal vez debí haber tocado.... Observó Daria, sorprendiendo a las dos mujeres que se abrazaban en medio de la oficina y se alejaron casi de inmediato, ¿Por qué están tirando de esas cabezas fúnebres?

"No disparamos cabezas funerarias", negó Hermione.

- Sí, pero pensé que te encontraba más eufórico.

- ¿Y por qué estaría eufórico?

"¡Tal vez porque te vas a comprometer a fin de mes!", saltó Daria emocionada, sosteniendo la invitación.

Una estrella fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora