✦Azucar y limón✦

Poemas

-- Hoy van a escribir un poema, harán parejas y tendrán que escribir lo que más les gusta sobre la otra persona en forma de poema.

- Que estupidez, hasta creé que le voy a escribir un estúpido poema a cualquier pendejo idiota de está maldita clase idiota - pensó Damien mientras oía a lo que el profesor decía, aun que la verdad no quería oír con que escoria le tocaría como compañero.

-- Los equipos serán Rebecca y Kyle; Kenny y Butters; Damien y Pip... -- escuchar su nombre junto con el de su novio había hecho que su corazón diera un saltó, de pronto se sentía muy afortunado de que le haya tocado con su lindo rubio, pero a la vez tenía un problema: Él nunca fue muy fan de ése tipo de cosas, y pensaba que éso solo lo hacían los maricas, y como si él no lo fuera ahora. Pero una cosa estaba clara, odiaba los poemas con toda su alma, y más ahora porque tenía que escribir uno.

-- ¿Te pasa algo Damien? -- preguntó la voz angelical de su novio -- Has estado viendo el papel por 10 minutos, ¿Te sientes bien?

-- Me siento bien, no te molestes por eso. -- confirmo su supuesto buen estado enderezando su espalda chocandola rápidamente con el respaldó de la silla, hacer eso fue mala idea porque el muy pendejo se había golpeado muy fuerte con el respaldo - ¡¡PUTA COÑO ME DOLIÓ!! -

-- Ahm.. está bien, avísame si necesitas ayuda -- este volvió a su asiento que estaba justo a lado de el de Damien, épico.

Pasaron otros 10 minutos y Damien seguía en su intento de escribir un simple párrafo, le estaba costando demasiado trabajo a su mente en pensar el tipo de palabras que utilizar, un trabajo muy complicado era encontrar algunas que rimaran.

-- ¡Terminé! -- exclamó el rubio alzando la hoja de papel con sus manos.

-- ¿Puedo ver? -- decía para estirar luego su cuerpo intentando ver lo que estaba escrito en la hoja.

-- Oh, no.. todavía no terminó, aún faltan cosas por pulir..

-- Mmmh..... -- expresaba mientras regresaba a la misma posición de concentración de antes, y también al mismo estrés. Mirar solo un pedazo de papel ya se estaba volviendo tedioso y decidió mejor mirar hacia otra parte; sus ojos voltearon a mirar la cabellera rubia sedosa del chico que tenía a lado, luego miró su rostro que expresaba una expresión de concentración total y seriedad, con la vista fija en el papel. Estaba muy conciente de lo que estaban precenciando sus ojos, era la pura y viva imagen de la belleza misma en una sola persona.

"Es tan lindo..."

Y entonces, algo hizo clic en su cabeza, hasta que por fin toma la habilidad de poder escribir en el papel, se sintió muy inspirado en ese momento que no tomo ni una sola pausa y siguió escribiendo hasta que el tiempo se había acabado.

Era la hora de dictar sus poemas

-- En resúmen me gusta tu culo, butters. -- terminó de dictar su poema el joven Kenneth.

Algunos en el aula estallaron en risas por la barbaridad de poema que acaban de escuchar, mientras que el pobre de Leopold solo se cubrió el rostro de la vergüenza, pobrecito, no era culpa suya de tener a un novio tan desvergonzado.

-- Ejem, muy.. "lindo", joven McCormick. Bien Thorn, es tu turno -- alzó la voz un poco el adulto para llamar al pelinegro.

Y este, decidido caminó al frente, sosteniendo en sus manos el poema escrito en una hoja un tanto maltratada, si no es por más decir que arrugada. Digamos por el estrés.

-- Ejem. -- aclaró su garganta antes de pronunciar el primer párrafo escrito.

- Todo, absolutamente todo me gusta. No hay palabras que puedan describir lo que siento al ver tu cara y al oír tu voz. Lo único que puedo describir es que mí corazón salta con sólo verte, oírte y sentirte. Antes tú solo siendo un completo extraño para mí, te volviste lo más importante en mi vida. Me gusta todo, me gustas tú.

Todos en el aula callaron ante las palabras escritas y dichas por Damien, y de entré todos el que más prestó total atención fué Phillip, que después de lo que acaba de escuchar un calor en sus mejillas apareció, junto con una cara de asombro.

-- Bastante lindo, Damien, aun que con fallas. Ahora es el turno de Pip. -- Damien obedeció a la orden del mayor y regresó a su asiento.

Phillip aún con la cara enrojecida, pasá al frente para dictar su poema.

-- Em- -- fué lo único que pudo alcanzar a decir, porque nadie en el aula, ni en las otras se esperaron la sorpresa de un sonido de disparos escucharse a metros de distancia del salón.

El escándalo se armó dentro del salón con todos corriendo despavoridos, y actuando un poco lentos al intentar armar una barricada frente a la puerta. Y mientras estaban ocupados en bloquear la puerta o estar sólo en una esquina llorando y diciendo que era mejor quedarse en casa viendo los pingüinos de Madagascar; como lo estaba haciendo Tweek ahora mismo.

-- RETIRÓ LO DICHO, SI SON MEJORES LOS PINGÜINOS, ¡¿POR QUÉ DIOS?! ¡¿POR QUÉ ME HACES ESTO?!

-- Tweek nmms, está ya es como la tercera vez en la seman-

-- ¡¡No estás ayudando Craig!!

Damien aprovecho para llevarse consigo a su novio a un lugar más tranquilo, por medio de la teletransportación.

-- Awebo, día libre -- dijo Damien estirando sus brazos en el aire.

-- ¡¡Hay que volver, no podemos dejarlos ahí!!

-- ¿Para?

-- ¡Alguien podría salir lastimado, o peor! -- bastante alarmado sonaba el rubio, pero esto igual no sacaba del estado calmado de Damien.

-- Ya, ¿y? Que importan ellos, mejor pasemos un rato juntos y vayamos al cine, ¿Si?

-- ¡¿Cómo puedes decir eso?! Alguien podría morir si no hacemos algo, ¡Debemos ayudarlos!

-- Ya relájate, te saldrán canas si sigues histérico -- a modo de broma sus palabras, abraza la cintura de este, acercándolo a si mismo.

-- Tsk, eres un tonto! -- y reaccionando de manera opuesta lo aparta y se va caminando de vuelta al pueblo, ya que se encontraban en la entrada del bosque.

-- Uh, ¡Oye! Phillip espera, ¿A dónde vas? Yaa era un chiste, ¡vuelve! -- lo siguió por detrás para intentar disculparse por ser un insensible ante los ojos de él, pero para Damien estaba siendo normal.

El resto del día Pip se la pasó enojado con Damien, y este último para intentar calmar su enojo lo consintió con mimos y besos, sin tener mucho éxito al final.

Por suerte nadie en ese día salió herido, salvó Kenny, que fue el único que murió ahí.

Esté acontecimiento sucedió a inicios de su relación, y también en sus primeros días de preparatoria.