10. Attention in the boy

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Hongjoong aprendió casi al minuto uno de iniciar con su trabajo, que no puede esperar mucho de nadie. Lo mejor y más saludable, es estar consciente de la muy probable decepción a la que será sometido. Indiferentemente de quien se trate, acabará mal y ahora mismo, es el caso.

Ha pasado una hora entera de los reyes hablando y ninguna de las motivaciones para ser los únicos gobernantes del océano, son buenas. En el fondo tiene la sensación de que se lo están inventando todo. No tenían esto preparado, pero en teoria debería haberlo sabido. Eventualmente esta conversación con Seonghwa llegará. Aceptará casarse con Soobin o no ¿Qué pensaban que iba a hacer? ¿Aceptar solo porque ellos querían y ya?

No lo sabe y la verdad, tampoco tiene ganas de saber cómo funcionaba esto en sus mentes. Parece absurdo a secas. Lo peor del caso es que Seonghwa luce muy irritado según Soobin, como si a cada minuto que pasa, se convence menos de lo que ellos puedan proponer.

—Muy... bien—balbucea Hongjoong aturdido y algo disgustado—. Necesitamos un receso. Esto ha avanzado muchísimo y la verdad, creo que todos nos hace falta un descanso... Como dato extra, preparen un poco mejor lo que tengan pensado decir antes de que nuestro invitado se vaya. —Recomienda de buena fe, recibiendo miradas de irritación y asco.

Que no puede distinguir. De algo sirve estar ciego parcialmente.

Nerea y Calístenes se apartan para hablar entre ellos. Soobin se desliza por su asiento, sintiéndose agotado—Voy a pedir que traigan algo de comer. Ya regreso. —anuncia levantándose y marchándose del enorme salón. Toques en el hombro hacen a Hongjoong voltear, su muñeca tomada y el suave deslizar en su mano.

Esto no tiene sentido. Ya me quiero ir. Mi padre jamás aprobara algo como esto.

—Lo sé, pero al menos hay que decirle por qué no se hará. Ya terminaremos—afirma Hongjoong con una sonrisa torpe—. Pensé que Poseidón era más caótico. Una guerra debería darle igual ¿O no?

No le gusta cuando sus hijos se pelean entre sí. Lo considera disonante con haberlos salvado del gran cataclismo. Además, el balance se ha mantenido lo suficientemente bien para no necesitar una guerra entre reinos.

—Oh... Ya veo. Creo que me agrada un poco tu papá. Exceptuando la parte de ir violando gente.

Seonghwa se ríe y Hongjoong solo es capaz de escuchar ese sonido. No puede ver el gesto e Seonghwa, genuinamente encantado y feliz de estar hablando más con él, además del comentario tan irónico.

Seonghwa sube hasta el techo, sujetando a Hongjoong para llevarlo consigo. Ambos se sientan en el pequeño alfeizar que queda en uno de los tantos vitrales. Hongjoong no ve nada, pero sí distingue que hay gente pasando y dejando platos de comida en la mesa.

Ojalá saber qué es. Afortunadamente no es alérgico, de otro modo, esta comida a ciegas lo mataría.

— ¿Por qué no pueden verte? ¿Ya saben que estas aquí? Supongo. Todos deben presuponerlo.

No debería dejarme ver muy seguido. Tampoco me gusta. Los hará pensar que tienen algún derecho sobre mi. Tal como sucede ahora con los reyes. Es simple.

Hongjoong exhala, supone que decirlo es simple, entenderlo... No tanto. Hay una mezcla entre lo divino, lo personal y las precepciones. Soobin despide a los sirvientes que trajeron los platos y demora unos instantes en saber dónde se fue Seonghwa. Es tan escurridizo que no le extrañaría que se haya fugado. Notarlo arriba con Hongjoong se lo que se le hace extraño ¿Acaso hay alguna conexión aquí y no lo sabe?

~ * * * ~

¿Qué vieron? ¿Qué hay? ¿Sí está ahí dentro?

The boy who found his soul || SeongJoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora