Soft, liar and lovely | ZeeNunew

soft, liar and lovely

1-Un día; una rutina.

boombayah

Nunew gruñó cuando la molesta alarma de Zee sonó. Realmente su amante nunca entendió que su audición ya no era tan buena como cuando tenía 20 años y por ende, ahora con 73 años ni siquiera se percataba del sonido. Sin embargo, Nunew siempre sufría para dormir (usualmente sólo dormía 4 horas y lo hacía en la sala cuando colocaba una película que nunca terminaba de ver), así que era el único aquí que sufría.
Con dificultad estiró su mano, sintiendo sus articulaciones quemar, y tan pronto sintió el aparato ruidoso en sus dedos, lo lanzó al piso sin preocupación. Sonrió satisfecho con el daño (que tendría que arreglar, por supuesto), volvió a dejar su cabeza caer sobre las almohadas y se quedó mirando el techo.

Eso no iba a funcionar.

Realmente envidiaba a la persona que dormía a su lado. Aquel hombre canoso que roncaba tan profundamente y cualquiera podía deducir que tenía algunos problemas respiratorios, sin embargo Zee nunca batalló para dormir; en la sala, en el comedor, en su cama, en la ducha y en el baño; en cualquier lugar era perfecto para el viejo Pruk dormir. Y justamente ahora parecía estar en su quinto sueño o algo así, incluso tenía un tic en su pierna izquierda, haciéndolo parecer un Husky.

ᅳ Ah ohhh, quiero café ᅳ soltó con un largo bostezo. Buscó con ojos medio cerrados sus gafas, las cuales simplemente eran para vista cansada, pero la verdad era que no podía ver sin aquellos.

Nunew tardó poco más de una hora para ir al baño, lavarse, cambiarse de ropa y preparar un café decaf, y Zee aún seguía durmiendo. Pero sabía que su amorcito despertaría hasta después de medio día, así que aún quedaba menos de media hora para que Nunew mirara TV.

...

ᅳ Nhu, bebé, cielo, amor, mi vida, Nuna, viejito...

Con esa última palabra Zee hizo a Nunew despertar. Sonrió cuando su esposito lo miró con ojos enojados (ofendidos, pero no puede remediar lo que es verdad). De todas formas aquel rastro de molestia se desvaneció cuando la sonrisa de Zee se hizo más ancha y su cara se arrugó aun más. Se veía adorable tal cual el chico de 27 años que conoció hace más de 5 décadas. Probablemente Nunew era el único con la habilidad de notar el ahora invisible lunar de Pruk.

ᅳ Ven aquí y dame un beso, Hiaᅳ ordenó con una sonrisa juguetona. Zee accedió con gusto y besó los delgados labios del más bajito. Sus labios temblaban al contacto y a veces cambiaba erróneamente de dirección, haciendo que se besaran sus narices o barbilla.

Lamentablemente el pequeño celular de Nunew vibró, anunciando la hora de tomar sus vitaminas (sobre todo el calcio que necesitaba tanto) y por ende tenían que desayunar.

Normalmente su desayuno consistía en avena o atole, pero si estaban muy rebeldes terminaban haciendo hotcakes integrales con miel natural de abeja. Llevaban varios años con aquella dieta, ya hasta se habían olvidado del sabor delicioso de los waffles con mucha miel de maple (azúcar, azúcar y más azúcar en la sangre); o los huevos con tocino y pan tostado (colesterol del bueno y grasas trans); y ni qué decir de los licuados de chocolate con crema batida con donas glaseadas. Dijeron adiós cuando cumplieron una edad suficiente madura y que significaba peligro para su salud; y no podían perder aquellos kilos con correr a diario en la mañana. Sin embargo, no estaba de todo mal, porque si abandonar lo delicioso les prometía una vida larga a ambos, valía la pena.

ᅳ No terminaste tu avena, Hia ᅳ comentó Nunew recogiendo los platos utilizados.

ᅳ No tenía tanta hambre, amor ᅳ dijo con tono neutral, ayudando a limpiar la pequeña mesa de madera.