capítulo 15

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Assaro pegaba un grito al aire con furia por la impotencia y el enfado mientras que Issacaro, seguía en silencio pensativo, escuchando los gritos de su hermano.

— ¡¿ Y ahora qué?!

— Cálmate.

— ¡¿ Qué me calme?! ¡¡¡ Todo esto es culpa tuya!!!

Elevó su ceja irónicamente y lo miró de reojo. — ¿ Culpa mía?

— ¡ Si! ¡ Si no hubieras querido ir a por esa bruja! ¡ No estaríamos aquí!

Issacaro sonrió subiendo su labio derecho levemente sin dejar se contemplar a su hermano.

— Te recuerdo que aceptaste.

— ¡ No tuve más remedio! — Bufó nasalmente  con rabia. — Si no estuvieras tan obsesionado con esa zorra, no estaríamos en esta situación.

— Cuidado — Advirtió — yo de ti, dejaría de hablar, tranquilizate.

Apretó su mandíbula. — ¿ Sabes cuál es tu problema hermano? — Bajaba la voz al decirlo, con un tono grave, intenso, incluso parecía ser un susurro, pero intimidante. — que te ha podido el poder. Te ha podido los caprichos y las alabanzas, sin pensar en las consecuencias. Te has alimentado de una sola joven para gobernar, para ser el mejor, solo para ser aclamado y venerado por todos, ¿ Pero sabes qué? No te ha servido de nada. — Pausaba deliberadamente mientras daba un par de pasos hacia él, colocándose a su costado para volverle ha hablar con calma y precisión. — eres y siempre serás un soldado más, un maldito condenado como el resto de sus hermanos.

Apretó ligeramente sus dientes. — Eso también te incluye a ti.

— Si, pero la diferencia entre tú y yo, es que yo, por lo menos soy lo suficientemente viril para admitirlo, tú en cambio, no sabes vivir tu eternidad con eso.

— Perdona por no conformarme — Lo miró a los ojos fijamente.

Bufó divertido — Y mira a donde te a llevado eso.

Ambos se desafiaban con la mirada mientras que en la realidad fuera del espejo, Brooke era llevada a la parte de arriba de la tienda por el profesor Kirkman, que la cargaba en brazos hasta dejarla en el sofá mientras que Anya y el padre Rosemberg, visualizadan la escena un tanto alejados.

— ¿ Quién es usted? — Preguntaba Brooke al padre Rosemberg.

El aludido daba unos pasos hacia ella y se sentaba en la pequeña mesita que estaba en medio del sofá y las butacas.

— Soy el padre Rosemberg, es un placer conocerte Brooke, Abby me habló mucho de ti.

Frunció el ceño — Si, recuerdo en una ocasión que le mencionó. — Se puso a pensar. — Como ahora en el sueño.

— ¿ Qué? ¿ Has visto a Abby? — Preguntaba ahora Anya.

Asintió — Si, ella fue quien lo metió en el espejo, quien me dió la idea para encerrarlo allí. Ahora es el momento, ahora no puede ir más a por ella, ahora es cuando debemos actuar. — Intentó incorporarse siendo detenida por el padre Rosemberg.

— Espera pequeña — Le decía al detener su acto. — Ahora estas muy débil, has estado a punto de fallecer, has estado al borde del abismo, tienes que recuperarte, sobretodo después de haber conjurado una magia tan poderosa como la que has hecho esta noche. Encerrar no solo a un demonio, sino a dos, conlleva una gran descarga de energía anímica, tu alma necesita recuperarse.

Brooke hizo mueca — ¿ Porqué esta aquí?

— Yo lo traje — Se sentaba en la butaca el profesor Kirkman. — Creí que era lo mejor, estaba claro que entre nosotros tres, iba a ser imposible conseguir nada.

ÍNCUBO 2 : La venganza de Brooke ( TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora