Único

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Me gusta pensar...

Me gusta pensar en que tal vez podríamos haber tenido un futuro, uno donde nuestra compañía y amor hubieran sido suficientes para mantenerte a mi lado.

Me gusta pensar en que eras lo suficientemente responsable y maduro para tomar tus propias decisiones, que cuando llegabas herido a mí, en busca de alivio, ya habías previsto todas las posibles lesiones y consecuencias que tendrían tus arriesgados actos. Me gusta pensar que te preocupabas por tu bienestar, más allá de sanar lo que estaba herido, buscar no lastimarte en lo más mínimo.

Me gusta pensar que tenías grandes y válidas motivaciones para seguir arriesgándote de aquella forma. Me gusta pensar que no hablabas en serio cuando me comentaste, en una de aquellas raras ocaciones donde teníamos la oportunidad conversar, que tu única motivación para continuar era la falta de razones en contra, como si tu propio bien no fuera una de tus prioridades.

Me gusta pensar que te gustaba lo que hacías, no encontraba algo para pensar lo contrario. Eso hasta que lloraste en mi hombro, desesperado y harto sobre toda tu situación. También me gusta pensar que tenías motivos para no querer renunciar.

Me gusta pensar que si no hacías ese cambio por ti, al menos me siguieras cuando yo lo hiciera. Te hubiera esperado hasta que me alcanzaras para continuar el camino a la par. Pero... No sucedió.

Odio pensar en lo que hubiera cambiado si me hubiera quedado, me gusta pensar que yo sería una razón por la cual volver sano y salvo.

Me gusta pensar, que de haber aclarado las cosas antes, no estaría aquí. Tú sabes que nunca visto de negro, me obligaste a hacerlo. Me gusta pensar que al menos, estás sonriendo satisfecho por al fin seguir tus recomendaciones de moda, ojalá poder haber visto esa sonrisa.

Me gusta pensar que la gente te recordará con cariño, tu mejor versión aún cuando sean menos de diez personas.

Me gustaría pensar que, por lo menos, me puedo despedir teniéndote de frente, aunque no estés consciente, mínimo poder ver tu cara dentro de esa fea caja de madera. Pero eso sería mentirme demasiado, el vacío de la caja haría que mis palabras cayeran al abismo.

Me gusta pensarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora