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Hermione dejó que sus labios recorrieran la curva del hombro de Bella, escuchando su murmullo en el aire tranquilo de la mañana. Apenas contaba como mañana, pero aún tenían que levantarse, permaneciendo en la cama hasta que se vieron obligados a irse. Presionó su frente contra su espalda, la lengua saliendo para saborear su piel.

"Mmm mascota". Parecía somnolienta, como si acabara de despertarse.

Hermione se dejó perder en su esencia, ese humo infernal y canela que parecía adherirse a ella ya no hacía que su corazón se acelerara de la misma manera. Sus brazos se deslizaron alrededor de la cintura de su alma gemela, tirando de su espalda contra su cuerpo, agradecida por la ropa esparcida por el suelo en lugar de en sus cuerpos.

Con toques ligeros como una pluma, dejó que sus dedos comenzaran a trazar patrones sobre su piel, en el espacio justo encima de su ombligo. Bostezó, estirándose, sus brazos sobre su cabeza haciendo que las sábanas se deslizaran hacia abajo hasta que se mostró una vista muy tentadora.

Bella rodó hasta que su espalda estuvo contra el colchón, con la cabeza girada, observando cómo Hermione la tocaba suavemente. Sus ojos estaban fundidos, hirviendo a fuego lento mientras observaba al hijo de muggles. Inclinó la cabeza, depositando suaves besos en sus hombros y cuello hasta que sus dedos se enredaron en su cabello. El suspiro que salió de los labios de Bella fue música para sus oídos.

"Buenos días, mascota", dijo, con una pequeña risa al final.

Se mordisqueó el punto del pulso, disfrutando de la forma en que parecía congelarse ante la sensación. Debajo de su lengua podía sentir que el pulso de su alma gemela comenzaba a acelerarse, una sensación embriagadora entrando en ella cuando sintió la forma en que sus dedos se apretaron en su cabello.

Con un toque suave, dejó que sus dedos recorrieran su cuerpo, trazando un camino entre los senos y el cuello, hasta que se enterraron en su cabello. Tirando hasta que su cabeza se inclinó, se permitió participar en su sabor, chupando su piel hasta que estuvo jadeando bajo su toque.

—Buenos días, amor —murmuró contra el casquete de su oído cuando terminó, viendo como el moretón florecía en su piel pálida.

"Esta es una buena manera de despertar", murmuró Bella.

Los dedos de Hermione comenzaron a recorrer su cuerpo nuevamente, deteniéndose en la curva de sus senos. Mientras su espalda se arqueaba, se rió entre dientes, continuando hacia abajo. Entonces se permitió besarla, queriendo poner sus dientes en esos labios fruncidos. Con un gemido, se hundieron y ella tiró de él. Bella gruñó, alcanzando a Hermione, con los dedos en la parte posterior de su cuello tirando de ella hacia atrás en un beso apropiado, lleno de lengua y dientes. Su alma gemela estaba hambrienta, prácticamente devorándola mientras sus dedos rozaban la parte superior de sus muslos.

Dejando a Bella, se sentó, ignorando la forma en que sus manos intentaban agarrarla. Dándose la vuelta, agarró su varita de la mesa de al lado, dándole un golpe. La forma en que su alma gemela la miró mientras sus muñecas estaban atadas a la cabecera sobre su cabeza la hizo temblar. Sorpresa e incertidumbre, mezcladas con un delicioso calor, brillaban en los ojos oscuros.

Este era su momento de jugar.

Colocando la varita hacia atrás, se sentó a horcajadas sobre la cintura de Bella, inclinándose hacia adelante hasta que su nariz rozó la de la otra mujer. La besó, lo suficiente para dejarla sin aliento antes de retroceder.

—Déjame cuidar de ti, amor —murmuró ella.

Sus labios presionaron la suave piel detrás de su mandíbula. Su cabeza se inclinó hacia atrás, dándole más acceso mientras los dientes la raspaban. Ella tarareó, las yemas de los dedos tropezaron con las clavículas para encontrar algo más divertido con lo que jugar. Arqueando la espalda, se le presentó un pezón endurecido. Con los dedos dando vueltas a su alrededor mientras succionaba un nuevo moretón en su piel, se deleitó con el aliento tembloroso que soltó Bella.

UN RAMO PARA FUMAR [Bellamione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora