Capítulo 10

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-Así que has quedado con Gavi eh

El comentario de Ansu me hizo ponerle mala cara a la pantalla de mi teléfono. Le había llamado presa del pánico producido por no saber que ponerme para mi quedada con el jugador. Pero parece ser que Ansu solo quería hacer comentarios subidos de tono y se reía de mis malas caras. 

-Ansu ayúdame coño- le dije desesperada después de desechar otro vestido

-Si para Gavi vas a estar preciosa con lo que te pongas

Su comentario solo hizo que me pusiera más nerviosa. Pero no lo demostré. 

-Deja de decir tonterías, es una salida de amigos

Vi como rodaba los ojos pero aun así por fin se calló y me ayudó a elegir que ponerme. Después de probarme demasiados conjuntos y haber puesto un poco nervioso a Ansu al fin nos quedamos con el mejor conjunto. 

Una falda vaquera negra caía por mi cintura y un top azul palabra de honor cubría mis pechos dejando al descubierto mi clavícula y estómago. Unas simples converse negras cubrían mis pies. Un outfit arreglado pero informal. 

Me senté frente a mi escritorio donde tenía el peine y todo el maquillaje y comencé a hablar con Ansu mientras me aplicaba el corrector. 

-¿Sabes qué haréis?- pregunté Ansu mientras comía no sé qué

-No tengo ni idea, solamente me dijo que me vendría a buscar a las ocho

-Que romaticon el Gavi, y parecía tonto

Solté un suspiro mientras sonreía. Era una tontería decirle nada.

-¿Elena lo sabe?- pregunté de repente el jugador

Mis hombros se alzaron hacia arriba, tensos. Me sentía mal por no decirle nada cuando ella y yo siempre habíamos quedado en contarnos todo, pero sin embargo necesitaba guardar esto para mi. Primero debía asimilar lo que estaba pasando y surgiendo entre nosotros antes de contárselo a alguien. 

-No, Pablo y yo todavía no hemos hablado de ello, pero primero quiero aclararme antes de contarle nada

-¿Le llamas Pablo?

Lo miré a través de la pantalla.

-Nos conocemos desde pequeños, yo conocí a Pablo, no a Gavi

-Que poética ella 

Una sonrisa salió de mis labios y terminé de arreglar el moño que me había hecho. Una notificación apareció en la parte superior de la pantalla. Era un mensaje de Pablo.

Pablo: estoy fuera, sal cuánto antes que tengo ganas de verte 

-Por tu cara Gavi ya tiene que estar fuera, pásalo bien Aiti 

Me despedí de Ansu y antes de salir cogí mi bolso y me puse colonia. Suspiré antes de abrir la puerta que daba a la calle y salí. 

El coche negro de Pablo me recibió nada más salir y casi se me sale el corazón al verlo. Unos pantalones vaqueros color crema se ceñían a sus elaboradas piernas y un polo negro cubría su pecho. ¿Por qué era tan guapo?

Me acerqué a él con las piernas algo temblorosas y sonreí cuando su mirada conectó con la mía. Dejé un beso en su mejilla y él con un brazo abrazo mi cintura. Me recorrió de arriba abajo con la mirada y toda mi piel se erizó. 

-¿Por qué eres tan guapa?- dijo dando un apretón en mi cintura

Sonreí estúpidamente ante su comentario y mordí el interior de mi mejilla derecha. 

-Tenía que combinar contigo

Pablo rió y ambos entramos en el coche. No le dejé terminar de ponerse el cinturón cuando volví a hablar. 

-¿Dónde vamos?

-Ya lo sabrás no seas impaciente

-Venga Pablo porfavor

-Tan impaciente como cuando eras pequeña 

Alcé una ceja en su dirección a pesar de que él no podía mirarme porque estaba conduciendo. 

-¿Te acuerdas de cuando era pequeña?

-Como para olvidarlo- dijo con una sonrisa

Una pequeña sonrisa cubrió mis labios y nos pasamos todo el trayecto comentando anécdotas que teníamos juntos de cuando éramos pequeños. Algunas de ellas incluían a Elena y ambos no pudimos parar de reír. En algún momento del trayecto su mano fue a parar a mi muslo donde descansaba cuando no utilizaba la palanca de cambios. Sin poder evitarlo mi pulgar acariciaba el dorso de su mano.

Pablo aparcó el coche frente a un restaurante bastante familiar y ambos nos bajamos de él. Observé la fachada del restaurante y me quedé maravillada ante la belleza de este. El contacto de la mano de Pablo contra mi espalda baja, es decir, directamente contra mi piel al llevar el top, hizo que saliera de mi ensoñación. 

-¿Entramos?

Asentí y ambos entramos en el establecimiento. El camarero nada más vernos nos dejo pasar y fue directo hacia una mesa en específico. Nos deseo una buena velada y posteriormente nos sentamos.

-¿Te gusta el sitio?

-Es muy acogedor

-Siempre venía aquí con mis padres, aunque hacía mucho que no venía

Un camarero vino a tomarnos la comanda y cuando se fue comenzamos a hablar de todo y de nada a la vez. Tener un tema de conversación con Pablo era muy fácil ya que se podía hablar de todo con él. 

Nuestra conversación se vio interrumpida cuando un niño de unos catorce años llego a la mesa con un teléfono en la mano, muy emocionado. Se dirigió directamente a Pablo. 

-¡Gavi! ¿Nos podemos hacer una foto? Soy muy fan de lo que haces

-Claro- dijo Pablo un poco más serio pero sin dejar de sonreír 

-¿Queréis que os la haga?- ofrecí 

El niño asintió y ambos posaron para la foto. El menor asintió emocionado al ver la foto y se fue no sin antes dejar de darle las gracias mil veces a Pablo. En cuánto este se volvió a sentar, volví a hablar con él. 

-A veces se me olvidan que en tu vida existen este tipo de cosas

-¿Qué cosas?- preguntó curioso

-Sobretodo que eres famoso, o que eres un futbolista conocido, aunque juegas muy bien así que por esa parte te lo mereces pero no se, yo te conocí y te conozco siendo Pablo, no siendo Gavi 

Noté como sus ojos adquirían un brillo especial al escuchar mi última frase.

-Por eso me gusta que me llames por mi nombre

Sonreí y seguimos cenando con tranquilidad. Las risas y las sonrisas cómplices no faltaron entre nosotros. Al terminar de cenar, a pesar de las insistencias de Pablo, pagamos ambos por igual la comida y salimos del restaurante. 

Volvimos a su coche y condujo de camino a mi casa de vuelta. La verdad es que se nos había hecho bastante tarde y el sueño me invadía cada vez más. Y si le sumamos las caricias que recibía en el muslo por parte de Pablo hacia que mis ganas de dormir aumentaran. 

-Duerme un rato Tana, aún quedan unos veinte minutos

No hizo falta que lo dijera dos veces, porque mis ojos se cerraron y un sueño profundo me invadió. 

Nunca pensé que serías tú - Fanfic de Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora