Los primeros y tenues rayos de sol de la mañana acariciaron sutilmente su rostro haciendo que despertara. Abrió los ojos sin prisa, sacó uno de sus brazos de debajo de las mantas y miró un pequeño reloj que tenía junto al futón. Acababa de amanecer. Sin embargo, tenía tanto trabajo que no se podía permitir no levantarse inmediatamente, así que lo hizo.
Su día comenzaría temprano de nuevo, pero no era algo que le importara demasiado porque ya estaba acostumbrada. El País del Sol era tan inestable que todos y cada uno de los días de su estancia tenía muchos asuntos que atender. Como era lógico, su trabajo de capitana también era arduo e intenso, pero nada comparado con la nueva labor que estaba desempeñando desde hacía cuatro meses en tierras extranjeras.
Cuando la guerra finalmente acabó y Lucius resultó derrotado, el Reino del Trébol se encontró con una situación de debilidad e inestabilidad nunca antes vista. Había que coser demasiadas heridas y reconstruir una cantidad de destrozos innumerables, así que Charlotte se limitó a contribuir con esas tareas para cohesionar de nuevo al reino, pero también a observar a Yami desde la lejanía y a esperar.
Siempre se había caracterizado por ser una persona paciente. Había esperado unos once años hasta que fue lo suficientemente valiente como para confesarle al hombre que amaba sus sentimientos, así que sería muy fácil aguardar un poco más, solo el tiempo justo y necesario para que Yami ordenara todo el revuelo que había instaurado por todas partes y en sus pensamientos, y le pidiera definitivamente que fueran a tomar el té juntos. Pero aquello no pasó y, en consecuencia, la paciencia de Charlotte llegó a su límite, pues la desilusión y la distancia que el Capitán de los Toros Negros pareció poner entre los dos hizo que sus esperanzas se difuminaran completamente hasta reducirse a cero.
Fue ese el motivo por el cual, cuando el Rey Mago en funciones pidió voluntarios para un nuevo puesto que se crearía en el País del Sol, Charlotte no dudó en alzar la mano ante las atónitas reacciones de sus compañeros, que nunca pudieron imaginar que alguien tan arraigada a su trabajo y a sus responsabilidades fuera a abandonarlos de repente.
No era del todo así. El puesto sería temporal, de unos seis meses con posibilidad de prórroga si así la persona encargada lo deseaba, y se trataba de ser embajador del Reino del Trébol en el País del Sol Naciente para así estrechar relaciones entre ambos territorios.
Charlotte debería designar una capitana suplente para las Rosas Azules que finalmente se quedaría con el puesto si ella no deseaba volver.
La decisión fue muy dura de tomar, pero también necesaria. Había dejado pasar un tiempo prudente de unos seis meses para darle la oportunidad a Yami de que la buscara para hablar, pero aquella situación nunca se produjo. En cambio, el hombre parecía más distante con ella, y no sabía si se trataba de una forma de confrontar su duelo o si simplemente no quería que estuvieran cerca.
La noche en la que partió hacia su nueva vida, él ni siquiera fue a despedirse, así que se reafirmó de nuevo que estaba haciendo lo correcto. Poner tierra de por medio a veces es necesario también para sanar.
Pero Charlotte Roselei se había pasado demasiado tiempo engañándose a sí misma y ya no lo haría más. Durante esos cuatro meses en tierras extranjeras, no había podido olvidar a Yami. No era tan fácil deshacerse de unos sentimientos que la habían acompañado durante más de una década, pero prefería vivir de esa manera, alejada de todos y todo, a tener que lidiar con su indiferencia.
Cuando terminó de bañarse y se vistió, se quedó mirando brevemente su reflejo en un espejo que adornaba su habitación. Ya no era la misma. Aunque se empeñara en seguir vistiéndose con la ropa propia de su país natal, aquella tierra la había cambiado para siempre y según su percepción, para mejor.
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Cómo reducir distancias innecesarias
FanfictionCharlotte se ofrece para ser la embajadora del Reino del Trébol en el País del Sol Naciente ante la inacción y el desinterés de Yami, que no cumple con su promesa, dejando así su conversación pendiente. Tras cuatro meses, el Capitán de los Toros Neg...