Cuando Thanatos conoce a Manigoldo desde su tierna edad, se enamora perdidamente de él, por lo que decide esperar a que crezca para llevárselo. Pero el destino tiene reservado algo más para Manigoldo, de hecho Sage, cuando encuentra al pequeño Manig...
Un hombre de cabello azul con armadura dorada de Cáncer se paró en su templo y estaba fumando un cigarro hasta que alguien lo llamó desde el otro lado del cosmos
—Manigoldo de Cáncer, se requiere tu presencia en la habitación del Patriarca para una misión— Fue el patriarca supremo quien pidió la presencia del italiano
—Me pregunto que mision sera— El italiano estaba molesto pero ciertamente no podía rechazar una misión, después de todo es un caballero de Atenea que tiene responsabilidades
Manigoldo, dejando de fumar, se levanta y atraviesa todas las demás casas de los caballeros dorados hasta llegar a la habitación del Patriarca
Manigoldo se inclina y se dirige respetuosamente al Patriarca Sage así como a su maestro —Maestro, ¿qué misión debo cumplir?—
—...Tienes que ir a tu ciudad abandonada...porque alguien nos dijo que se ha avistado un extraño cosmos y por lo tanto...tienes que ir a comprobar...— El patriarca estaba preocupado, sabía muy bien que aquella ciudad le recordaba momentos felices y a la vez muy tristes. Incluso si tuvo la suerte de vagar por esas ciudades ya que allí conoció a Manigoldo. La persona que lo trató como a un hijo y está dispuesto a sacrificarse por él
Manigoldo quedó impactado, tuvo que ir a su antigua ciudad, donde había visto muerte y sufrimiento...
Sage obviamente notó el shock de Manigoldo —Pero si él no podrá ir, lo entiendo...puedo preguntar- — Sage no pudo continuar porque fue interrumpido
—¡Por su puesto que lo hare! ¡¿No confías en mí?!— El italiano se enojó a pesar de que sabía que esos recuerdos dolían, es demasiado orgulloso para admitirlo y aceptaría la misión reprimiendo su trauma
—Claro que confío en ti! Es solo que...—
—Puedo hacerlo maestro— El italiano habló con clara determinación
Sage miró a su discípulo y con un suspiro aceptó que Manigoldo iría a esa misión
Manigoldo se retira y vuelve a su templo, ya era de noche y salió a ver las estrellas —Me pregunto cómo ha cambiado la ciudad...— Pensó con una sonrisa amarga
De otra parte:
Un hombre con cabello negro hasta el cuello sostenía una rosa en la mano mientras observaba la casa de Cáncer desde la distancia —Finalmente volverás a mí, como estaba destinado a ser desde el principio—
°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
