"Todos tenemos nuestro intenso y privado apocalipsis", pero también tenemos el potencial de vivificar nuestro mundo. Aunque sea en tintas, podrás contruir ciudades y dejar tu firma en ellas.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
***
Somos como el viento, vamos y venimos de un lado a otro, recorremos vidas y tocamos sonrisas, sentimos cada lágrima de las mejillas. Algunas veces con una suavidad indescriptible abrazamos y otras de una forma desgarradora pasamos y destruimos...
Es inevitable, a veces con tan solo pasar por la vida de alguien, podemos brindar aire fresco seguido de la tormenta más fuerte de toda su vida que derriba todo a su paso.
Pero...
No sabía que alguien apreciara tanto a la tormenta con la misma intensidad que lo hizo con la suave brisa que conoció, hasta que... A kilómetros de distancia, un hermoso Pino encontró al viento de la destrucción y no le importó que acabara con sus ramas que tanto le costó mantener, de hecho, agradece por quitarlas y sentir de nuevo, aunque sabe que el sentimiento que guarda hacia el inexplicable e incomprehensible viento y que el mismo es correspondido, tarde o temprano ya no estarán entrelazados...
Por eso, el viento que comprende que el pino aceptó su estado destructivo, ha guardado en sus recuerdos las hojas de aquel sentimiento del árbol más fuerte que haya conocido.
Queda en incógnita si en algún momento volverán a estar juntos.
Mientras, ambos guardarán con fervor el momento en que se conocieron.
***
Querido pino, eres fuerte, hermoso e imponente como la misma naturaleza. Sin importar la movida de la tierra o la belleza de otros árboles, continúa y sé firme en el camino, caerán una más que otras hojas y ramas, pero eso es necesario para que puedas seguir creciendo.
Recuerda, eres el lugar seguro de muchas aves del cielo y cuando las tengas a tu lado, no olvides que en algún momento ellas bailaron la danza del amor con el viento que les proporcioné, así que... Cuando ayudes a un ave, yo estaré agradecido y orgulloso del gran árbol que eres, aunque no hace falta pedirlo, sé a la perfección que prefieres dejar tus raíces en las llamas antes de no brindar refugio a quienes te necesitan.
Por favor, crece, crece tan alto hasta que pareciera que tocas el cielo y no escatimes en echar raíces y dar frutos, pero sobre todo, disfruta cada momento.
La inestabilidad del viento seguirá con el recorrido de su camino con la esperanza de vivir para luego volver a su lugar seguro y así poder existir...
Porque los kilómetros de sentimientos son los que unen a los caminos de los amores correspondidos que no pueden estar juntos por causa de la maldición de la distancia.
PD: mientras que el pino exista, sin importar la distancia, le brindará oxígeno a todo ser viviente (incluyendo al viento) para seguir su camino de la vida HASTA QUE NOS ENCONTREMOS EN NUESTRO JARDIN LLAMEANTE.