Paso 3.

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Flores.

- Papá...- JiMin mira a su hijo, JungKook está sentado frente a él, apoyado en la barra de la cocina. Su pequeño deportista está haciendole compañía, de alguna forma extrañaba eso, JungKookie es un pequeño curioso y travieso, risueño que ama ser consentido por ellos.

- Dime...- JungKook se parece mucho a YoonGi, es un niño alegre cuando está en confianza, de lo contrario es bastante serio y tímido con los desconocidos.

- ¿Y papá?- pregunta, balancea sus piernas ya que no alcanza el suelo.

- Oh, papá Yoon viene en unos minutos, tenía que arreglar algunos documentos...- JiMin le menciona a su hijo, quien asiente y se queda cantando suavemente mientras él cocina. De alguna manera el día es un poco diferente, no comprende realmente como es que de sentirse tan deprimido y solo, a pasado a sentirse tranquilo y satisfecho.

A los minutos, YoonGi cruza la puerta con las manos detrás de su espalda.

- ¡Estoy en casa!- dijo en voz audible, JungKook salta de su lugar y va hasta donde se encuentra su padre.

- ¡Papá!- abraza a su padre. Y curioso se pregunta porque no le devuelve el abrazo.

- Hola, Kookie...- YoonGi mira a su hijo, y saca uno de sus brazos- ¿Qué te parece? Un ramo de galletas para mi galletita...- le muestra un ramo hecho de galletas de chocolate. JungKook vuelve a abrazarlo riendo feliz.- ¿Y tu padre?- pregunta y alzar la vista mira a JiMin que lo observa con una sonrisa desde la entrada de la cocina. YoonGi le sonríe.

JungKook se queda parado al lado de su padre mirando su ramo, feliz de recibir regalos, su papá siempre le daba regalos bonitos que lo hacían feliz a él y a su papi JiMin.

- Hola...- JiMin se acerca lentamente- Bienvenido a casa...

- Hola, cielo...- YoonGi besa su mejilla- También para ti...- su otra mano lleva un ramo de flores, orquídeas moradas y blancas, JiMin las toma con ambas manos.

- Yoon...- recibe un beso en su mejilla y un abrazo, siente sus ojos llenarse de lágrimas, rodea a YoonGi por el cuello, y por un momento recuerda cuando YoonGi le llevaba regalos en la universidad, sobre todo esas noches que se colaba en su habitación para llevarle serenatas con aquella guitarra.

- Flores para mi hermoso esposo...- YoonGi le dice al oído en un pequeño susurro. JiMin ríe un poco avergonzado y sonríe. El amor debería sentirse así, emocionante y tan relajante al mismo tiempo.

Quizás solo necesitaba no olvidar que su esposo lo amaba con el alma...

Volverte a enamorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora