Pierre tropezó con el resbaloso piso de la celda, sintió como sus rodillas y palmas se rasparon, pero no se detuvo a pensar en el dolor, rápidamente se recobró para intentar escapara antes de que cerraran la puerta de metal, lo único que ganó fue golpearse ahora con la puerta que se cerraba. Sus manos apretaron los barrotes hasta que la sangre abandonó su circuito normal en las palmas. Miraba con rabia a Andro, quería tomarlo del cuello y torcerlo. No debió desaprovechar ese momento que lo tenía bajo el filó de su daga.
El ladrón veía con recelo al príncipe; su ropa apenas se había ensuciado con su encuentro anterior y su cabello dorado levemente revuelto, parecía como si nada hubiera pasado. Vio al chico hablar con los guardias del turno, de vez en cuando veía como uno de los guardias lo volteaba a ver, sabía lo que significaban esas miradas con el solo sentirlas, sentían repugnancia de alguien que había intentado entrar al palacio, de un ladrón.
Pierre se preguntaba de que estaban hablando, podría estar diciéndoles que le avisarán cuanto antes a la Reina y prepararán la guillotina para su decapitación. El pensamiento lo hizo dejarse caer contra la esquina de la celda agotado. Había cometido muchos errores en una sola noche, pero el más grave fue pensar que podría salir ileso de colarse a robar al a palacio, era obvio que era una misión suicida, pero aún así quería intentarlo. Quería intentarlo para que su hijo pudiese tener futuro, pero ahora, lo único que hará es dejar a su hijo sin padre.
No había forma de escapar de ahí, estaba rodeado de fuertes paredes de roca y el único contacto con el mundo exterior era una pequeña ventana en la parte superior de la ventana en las que estaba recargado.
Por el rabillo del ojo pudo ver como el príncipe les daba algo a los guardias. Pierre supo de inmediato de que se trataba. Oro. Una vez más los más altos en la jerarquía social resolvían sus problemas con dinero, porque eso era lo único que sabían hacer. No debates. No discusiones. No opiniones. Solo comprar los silencios. Y eso a sus ojos era más repugnante que un ladrón.
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Lo primero que hizo Andro al salir de las celdas fue ir a la enfermería. El enfrentamiento anterior lo había dejado con varios raspones y golpes que si no se trataba le iban a dejar unos horribles moretes. A su suerte no había nadie ahí, así que pudo tomar tranquilamente parches para el dolor y pomada para las raspaduras. Una vez sus heridas hubiesen sido tratadas, regresó a su habitación cojeando. Recostado sobre su cama recapituló de su memoria lo que acababa de pasar en los escasos treinta minutos desde que vio al hombre entrar por la ventana.
Andro no se había sorprendido demasiado cuando había sentido el cuchillo en la garganta, era de esperar que el hombre (si es que se encontraba ahí) se abalanzaría directamente a asesinarlo. Pero lo que sí le sorprendió fue el momento de duda que tuvo el ladrón; el príncipe esperaba un corte inmediato pero no fue así, sino que el hombre se había quedado quieto. Para su suerte, ese pequeño momento de duda le dio tiempo suficiente de zafarse ágilmente del brazo del contrincante.
El hombre reaccionó antes de que Andro pudiese buscar algo con que defenderse, se abalanzó a él con la daga en mano. Por más que él esquivaba no podía evitar llevarse uno que otro golpes, el hombre era muy bueno peleando.
En una de esas, el ladrón había dirigido el arma al estómago del príncipe, pero él tomó su muñeca antes de asestar el golpe y le dio con cabezazo creando que se fuera de espalda. No le dio tiempo para recuperarse de la conmoción cuando ya tomaba sus brazos dejando a uno bloqueado y otro torcido, lo torcía de forma que el cuchillo se dirigiera ahora a su propia garganta.Ambos se arquearon levemente, el ladrón intentando alejarse y el príncipe haciendo más fuerza sobre el mango del cuchillo. La hoja estuvo a unos cuantos milímetros de su rostro cuando el ladrón le dio un fuerte pisotón haciendo que Andro aflojara su agarre. Sin perder la oportunidad, el hombre le dio al príncipe un fuerte codazo en la mandíbula haciendo que este cayera de espaldas, no tuvo tiempo de recomponerse porque el hombre ya saltaba hacia él con cuchillo en mano. Andro rodó por el suelo y se levantó, ambos habían quedado en el suelo y ahora se levantaban, mirándose por un momento para recobrar el aliento.
Como si se encontrará en una película, Andro repentinamente supo el movimiento que el hombre haría a continuación con solo mirar el peso que le daba a una pierna. El hombre intentaría crear una trampa para poder golpearlo por debajo sin que se diera cuenta. Como por arte de magia Andro supo que hacer, esquivando su golpe y prepararse para defenderse en la parte baja, pero el hombre supo que habían leído sus movimientos y cambio su táctica, colocó el cuchillo entre sus dedos y como un sexto dedo se preparó para darle un golpe mortal al príncipe. Pero de nuevo Andro pudo leer sus movimientos, se sentía como un dejá vú, como si esos movimientos ya los hubiese visto en algún lugar.
Andro tomó el puño de su contrincante y lo tomó con tal fuerza que su muñeca se dobló, la cuchilla perforó sobre sus dedos y un hilo de sangre corría ahora por su mano hacia su brazo. Al parece se había distraído con la parte de arriba que el príncipe no pudo ver el pie de su contrincante hacia su rodilla. Andro cayó con un quejido, había bajado la guardia y había caído directo en la trampa. Justo cuando el ladrón podría haber dado tu golpe final la puerta de la sala de música se abrió y dos guardias entraron.
Al final, Andro tuvo que darles algo de dinero extra para que metieran al ladrón en una de la última celdas que eran de las que su madre jamás se acercaba, y también por su silencio, no quería que la reina se enterara de su pequeña pelea y mucho menos quería que mandaran a ese hombre a la guillotina.
El príncipe no sabía porqué pero algo en el ladrón le causaba curiosidad.
Esa noche, no sabía si lo que veía era un sueño o un recuerdo, se sentía tan real para ser uno de los dos. El viento en su rostro. El césped bajo sus manos. Y un Niño rubio y otro castaño mirando al sol despertarse.
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Aviso que avisaPronto entraré a la escuela, por lo que los capítulos tardarán un poco más en publicarse, igual intentaré publicar seguid así que estén al pendiente!!
No se les olvide comentar y votar el capítulo, realmente eso me ayuda muchísimo a motivarme <3
Ángel fuera-
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Mi única vida
Fanfic"Nombra un héroe que ha sido feliz" Antes de la catastrófica muerte de Aquiles y Patroclo ambos juraron a sí mismos encontrarse en todas las siguientes vidas. Así es como, al pasar los años se encuentran una y otra vez de formas distintas, teniendo...