La cafeteria

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Narrador omnisciente






– Te lo dije Manu, en cualquier momento dejarían de vender el café en el comedor– Ahí estaba un chico castaño de ojos marrones saliendo del comedor de la facultad con su acompañante.

– Que comienzo de mierda  – Manuel un chico de unos ojos marrones claros y pelo negro caminaba junto a su acompañante, mientras se cruzaba de brazos.

– Hey, no te enojes te prometo llevarte a un lugar en donde si te den tu apreciado café –.

– Prometes algo que no va pasar, que lindo de tu parte, Alex –.

– En realidad, me acabo de acordar de una cafetería que está a 4 cuadras de la facultad – Dijo con entusiasmo aquel castaño.

– Pero, hay que esperar 3 horas –.

– Hay que ser pacientes Manuel, apenas empezaron las clases y vos ya estás quejándote  –.

– Es que tengo una adicción por el café y vos lo sabes–.

– y eso me preocupa pero conociéndote te da igual si te hace mal vamos, ¡nos toca educación física, vamos! – Corrió mientras dejaba a su amigo atrás.

– ¡Si se te vuelve a bajar la presión otra vez te dijo ahi tirado, no voy a cargarte otra vez! – Gritó mientras caminaba con tranquilidad mientras ignoraba a las personas que lo miraron raro por gritar de esa manera.




















– Manu, estoy cansado –.

– ¿Qué te dije, ves que sos cabeza dura? –.

Los amigos estaban sentados en las gradas del patio, Manuel miraba a su mejor amigo intentando recuperar el aliento por correr del comedor hasta el patio.

Manuel lo mira de reojo a Alexander,

El pobre se encuentra recuperando el aliento mientras le decía que solo faltaban 2 horas para irse.

– ¿¡Chicos, están bien!? Estamos por empezar los calentamientos–. Su profesor de educación física los estaba esperando para empezar su clase.

– Estamos bien profe, no se preocupe puede comenzar en un momento vamos – alexander miraba a su profesor diciéndole que estaban bien, que puede seguir con la clase y no hacer esperar a sus compañeros.

–Alex, espero que pagues una vez que estemos en esa cafetería que dijiste –. 

– Bien, yo fui el de la idea, yo pago todo –.

Ambos se levantaron y comenzaron con los entrenamientos.



















Una vez terminadas las clases ambos chicos estaban saliendo de la escuela mientras conversaban de cosas triviales, y de cosas deliciosas que tendría la cafetería.

Cuando fueron interrumpidos por alguien.

– ¡Manuel! –.

– Hay no puede ser, decime que estoy soñando alex – Le empezaron a temblar las manos mientras miraba horrorizado a su amigo.

– Tranqui Manu, yo me encargo para algo, somos amigos ¿no? – Alex miró a Manuel transmitiendo le confianza a través de sus ojos.

–¡Manu, cómo estás tanto tiempo! – la persona hizo presencia en frente de ellos, era una chica, de ojos azules como el mar, y un color de pelo rojizo, y una hermosa piel blanca.

Un italiano en una cafeteriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora