(. 🗡️.)
Vegetta se quedó toda la noche en espera de la llegada de Rubius o mínimo una señal de el.. Las cuales no existieron.
Aún se encontraba en el castillo junto con Spreen, la noche había llegado lo cuál se encontraba tratando de dormir al pequeño Spreen, fue algo casi imposible pues el pequeño cachorro también se encontraba en la espera de Rubius, lo cuál simplemente no pasó.
Vegetta aún tenía pendientes para la mañana siguiente lo cuál le apresuraba que llegara Rubius, no podía dejar a Spreen en el castillo solo y mucho menos podía llevarlo con el.
Sí o si Rubius tendría que dar la cara, tendría que venir por Spreen.
Dejo a Spreen dormir mientras el se ahogaba entre pensamientos.
(.🦆.)
Era de madrugada, Rubius estaba acurrucado con Quackity, había dormido un corto rato pero se había despertado a una hora en la que aún abundaba la oscuridad.
Trato de sacarse de agarré de Quackity y se quedó sentado entre la orilla de la cama sin más.
Se encontraba únicamente con sus boxers, todas las partes de su cuerpo descubiertas.
El rubio aún seguía con la presión de Spreen, tenía que traerlo con el, no iba a ser capaz de dejarlo con aquel que en cualquier momento puede desquitarse con el así como lo hacía con Rubius.
Que se supone que tiene que hacer ahora.
- A la mierda todo...
Era hoy o nunca.
Se levantó cuidadosamente de la cama para poder recoger su ropa y proceder a ponérsela, sin hacer ruido salió de la casa de Quackity.
Tenía que ir a esa maldita torre e ir ahora mismo por su cachorro cueste lo que cueste.
Tenía su suéter puesto, manos entre las bolsas de su pantalón, iba a paso rápido para volver antes de que Quackity despertará.
( ... )
Tardo un rato en llegar, subió hasta aquel castillo.
Entro cuidadosamente al castillo.
Su plan era recoger a Spreen lo más rápido posible sin ser notado por el de ojos amatista y salir de una vez por todas de ahí.
Todo estaba totalmente calculado, ya conocía por completo ese castillo lo cuál no sería un problema.
Paso de habitación a habitación, pasillo por pasillo, llegó a su destino, llegó a dónde su cachorro dormía plácidamente.
Tomó algunas mantas, tomó algunas cosas del pequeño Spreen, tomo todo lo necesario.
Ya solo faltaba Spreen..
Se quedó un corto rato pensando y mirando a Spreen, la culpa le sumaba, no era la vida que quería para su híbrido, no era lo que quería que viviera Spreen, realmente no pensaba que las cosas se salieran de control de esta manera.. Pero sin duda ya era demasiado para los dos vivir en ese lugar.
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¿En qué momento..? | Rubckity
FanfictionEsta vez nos concentramos en el mundo de Karmaland, donde Rubius había quedado plenamente enamorado de aquel hombre de ojos violeta, pero.. puede que hayan cometido ambos un error del cual uno de estos se arrepienta de sus acciones.. Y del otro lado...