Amor ensangrentado

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- ¡Tn Kirschtein a sus órdenes! - el hombre vio a la chica con el puño en el pecho.

- Tn, siéntate por favor. Llámame Erwin si quieres. 

Ella obedeció.

- ¿Puedo llamarte Tn?

- Ya lo ha hecho señor.

- Erwin.

- Lo siento.

- Tn, háblame de tí.

- ¿De mí? No tengo nada especial señ... digo Erwin.

- Bueno, de algo tenemos que hablar, sino, nos aburriremos.

- Pues... tengo un hermano pequeño, se llama Jean. Aún le queda mucho para alistarse, pero ya sabe que quiere ser Policía Militar. Lo conozco muy bien y sé que su destino está en el cuerpo de exploración, pero no le diré nada, que aprenda solo de su vida. - ella sonrió recordando a su hermano menor. - ¿Tú tienes hermanos?

- No. Soy hijo único.

- Oh vaya. Entonces tendrá muchos hijos. Dicen que los hijos únicos tienen varios hijos para compensar la soledad de cuando fueron pequeños.

- Soy un hombre soltero.

- ¡Oh! Ya somos dos. Encontrar el amor es difícil, ¿verdad? Uno se preocupa más por sobrevivir que por ser feliz.

- En eso tienes razón. 

- Aunque me resulta curioso que seas soltero.

La confesión lo tomó por sorpresa - ¿Por qué lo dices?

- Bueno, porque, siento decirlo pero, eres muy guapo comandante.

- ¿Y tú? ¿Por qué no tienes pareja con lo preciosa que eres?

- Nadie aguanta mi personalidad realmente. Dicen que soy muy espontánea, arriesgada, loca incluso. Mi madre dice que el que me elija como novia elije vivir en el mismo infierno. Mi hermano suele meterse conmigo también. Él dice que los chicos prefieren que un titán los devore a salir conmigo.

- La gente me llama demonio por las órdenes que mando. Pienso y ejecuto planes suicidas. Dicen que salir conmigo es lo mismo, un plan suicida.

- Yo tomaría ese riesgo. 

El rubio le sonrió - Eres divertida Tn.

Entonces el capitán Levi entró interrumpiendo su conversación.

- ¿Has terminado ya con tu castigo?

- ¿Qué dice Hange?

- ¡Por mí todo bien!

- Bien, Tn, gracias por acompañarme a este feo castigo. Siento si te hice sentir incómoda. - el comandante se levantó se su asiento.

Ella sonrió y negó - Qué va. Todo bien. Fue hasta divertido.

- Me alegra saberlo. He de irme, espero volver a verla.

Al día siguiente, la exploradora llevaba un par de libros que debía llevar, los libros se le iban a caer hasta que sintió una mano tomar la suya por detrás.

- Respira, tranquila, te ayudaré si es necesario.

Cuando consiguió su equilibrio, él la soltó lentamente.

- ¿Mejor?

- Sí comandante, muchas gracias.

- Puedes seguir llamándome Erwin, aunque ya no estemos en mi castigo.

Ella le sonrió - Gracias por ayudarme Erwin.

- No hay de qué, Tn.

- Bien, he de irme - se giró dispuesta a marcharse, pero él se adelantó. Suerte que ella no avanzó, sino se hubiera chocado con él y todo habría caído.

One shots Erwin SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora