La primera provocación

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Desperté agitado y sudoroso, mi pijama se pegaba a mi piel y mi miembro latía dolorosamente, me fijé que todos seguían dormidos, me daba tiempo de resolver mi problema bajo la ducha. Quité toda la ropa rápido para dejar salir mi adolorida erección.

Al no tener mucho tiempo mis movimientos fueron frenéticos, rápido, con único fin de terminar y pronto. agradecí el encanto silencioso cuando en mi orgasmo apareció el nombre de Severus en mis labios.

Terminé mi ducha, puse mi ropa interior y salí para organizarme completamente, solo Neville estaba despierto, los demás roncaban fuertemente, le di un saludo y seguí mi rutina.

Al finalizar, tomé mi mochila para empacar el libro con los hechizos que quería probar en el desayuno de hoy, director espero estés preparado, porque podría ser una mañana muy vergonzosa o excitante para usted. Los chicos estaban en la ducha, me despedí de Neville y salí rumbo al gran comedor, quería leer un poco antes de que llegaran los profesores y estudiantes, no quiero que nada falle.

Dejé el tomo abierto en la mesa vacía, quería que Snape viera lo que quiero hacer y saber que no lo va a prevenir, el libro tiene muchos hechizos de broma, sé que no va a esperar el elegido. Debo recitar el hechizo mientras concentro mi energía en mis manos, iban a ser la guía de los movimientos fantasmales, mi poder me permitía hacer magia sin varita y sin palabras.

Cuando el reloj se acercó a la hora del desayuno, guardé mi material y dejé unos pergaminos afuera, necesito la excusa de que estaba escribiendo una carta.

Como si los elfos sintieran mi necesidad, sirvieron crema batida como acompañante a los waffles, le puse un poco a mi plato junto a tocino frito, en otro plato pequeño fruta picada. Vi como el director miraba mi exótica elección de desayuno, disimuladamente le guiñé un ojo mientras bañaba en crema una de las fresas, como estaba un poco apartado de mis compañeros, pude tener la facilidad de comer de manera más sensual, por su mirada vi que podía llegar a afectarle. Pero hoy no iba a tener eso, tal vez en otro momento, quería iniciar fuerte.

Recité el hechizo en mi mente, sentí como si se agregara un nueva parte a mi cuerpo, una dirigida por mi mente y mis manos, la llevé hasta la mese principal, es extraño, yo lograba ver su resplandor, el libro decía que iba a haber una pista que me guiara sobre donde se encontraba mi parte fantasmal.

Saltó y se posó en la pierna del director que dio un brinco, intentó disimular su poco control, pero su mirada se sostuvo en mi por más tiempo.

Era hora de jugar, solo tuve que apartar mi mirada un poco, lo suficiente para saber como le afectaba, pero no pareciendo acosador.

La mano comenzó a subir y bajar por su muslo, vi como apretaba con fuerza sus cubiertos, cuidado director los rompe, parece ser una vajilla cara, le susurré en la mente.

Pude observar como intentaba cerrar sus piernas, pero no lo permití, la parte fantasma se puso en medio, jugando con su miembro vestido que se ponía cada vez más erecto.

Comencé un juego de caricias suaves, toques pausados  y lentos, lo sufienciente para llevar a alguien a la locura, justo cuando el desayuno estaba por acabar le di un gran apretón a su miembro en señal de despedida, vi como mordió su labio conteniendo un posible gémido o suspiro.

— Sabe profesor, justo así me levanté esta mañana, me pareció una retribución justa a fin de cuentas mi dolor fue su culpa — Su mente me dejó entrar con facilidad como lo era desde el final de la guerra, solo le di el mensaje de despedida y comencé a ponerme de pie, cancelé el hechizo y me fui de allí.

Ese mocoso, ya va a ver, cómo osa dejarme con una erección en el gran comedor, sino fuera por mis túnicas todos hubieran visto ese vergonzoso momento, tuve que huir hacia un salón abandona, ni tiempo de ir a mo despacho.

Pero, ahora que lo pienso, con que tuvo un sueño conmigo, me la pones fácil Potter, sin hacer nada y ya te excito bueno, realmente no podría cantar victoria, solo tuve que verlo comiendo una fresa con crema batida y desee que esos labios estuvieran en otra cosa que estaba cobrando vida.

Era un juego peligroso, pero estaba tan deseoso de poder ganarlo, en realidad, aunque perdiese, teniéndolo a él iba a ganar, mi culposo deseo desde que logré verlo en aquella habitación de San Mungo, tan fuerte y maduro. No, no otra vez, se supone que a mi edad me debe dar dificultad levantar esta cosa, maldigo mil veces la longevidad de los magos.

Me retiro a mis aposentos para resolver mi problema, no necesito que directores metiches compartan el chisme de mis vergonzos momentos, como si fuera un joven hormonal.

Ahora mismo odio mis ropas, cuanto daría por solo usar algo simple para facilitar un cómodo momento de calidad conmigo mismo, pero no, debo resolverlo como si fuera un adolescente, rápido y frenético, solo sacandolo por una apertura de mis pantalones.

El presemen fue suficiente para lubricar toda mi longitud, comencé con un suave juguete en mi glande, no podía aguantar mucho más, así que una mano se dirigió a mis testículos, donde amasé y jugué un poco con ellos, haciéndolos rodar en mi mano, jalándolos cuando estaba muy cerca del final, quería hacerlo durar un poco más. Aceleré mis movimientos, mi cabeza se posó en la pared mientras mis caderas daban envestidas a mi mano, solo tuve que esperar un pocos minutos y gemí el nombre de Harry con total fuerza y deseo, ese jovencito me pone de lo más caliente.

Me dirigí al baño donde limpié toda mi corrida, organicé mis ropas y decidí empezar a planear mi venganza, observé algunos de los libros con hechizos de los más creativos, pero me decanté por una idea más original, iba a tardar en dar mi movimiento, pero ya tengo la mejor idea para la próxima creación propia, veamos Potter si eres capaz de llevar una gran tentación dentro tuyo, sin posibilidades de quitar.

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Perdón por no haber actualizado ayer, estaba un poco medio muerta y se me pasó el día.

Las perversiones de PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora