01. Él es así

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Mi día comienza a las once de la mañana, cuando ya he perdido dos clases y probablemente los profesores no tarden en llamarme para hablar acerca de la importancia de mantener buenas notas en la Universidad

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Mi día comienza a las once de la mañana, cuando ya he perdido dos clases y probablemente los profesores no tarden en llamarme para hablar acerca de la importancia de mantener buenas notas en la Universidad. Soy uno de los mejores estudiantes, tiene sus ventajas: los profesores son accesibles en situaciones como esta, puesto que soy tan aplicado y responsable, que me puedo permitir errar de vez en cuando. Y sus desventajas: que los murmullos entre los pasillos no tarden en aparecer debido a que, además de ser un buen estudiante, también formo parte del consejo estudiantil, y todo el mundo está hablando acerca de la fiesta del viernes que ofrecimos los miembros.

Me ajusto la corbata y trato de que no me afecte. Es algo que se ha hecho constante desde que me volví uno de los miembros del consejo después de dos años sin permitir nuevos reclutas. Soy consciente de que aún hay personas a las que les desagrado por haber conseguido un puesto dentro del grupo más solicitado de la Universidad. Me repito que mis capacidades fueron pieza clave para el reclutamiento, y que los rumores acerca de que me acosté con el presidente solo son habladurías que inventaron los estudiantes para sentirse mejor.

Tengo que contenerme para no reírme solo en medio del pasillo mientras saco unos cuantos libros de mi casillero; cuánto daría yo por aceptar ese rumor, pero no es real. Dudo que en algún momento pueda serlo. Es estúpido, pero aquello empezó más por los estudiantes varones que no soportaron que alguien de campo tenga un cargo importante.

Sacudo mi cabeza para alejar los malos pensamientos que empiezan a abrirse paso en mi mente. Nunca me ha importado lo que se diga de mí, no tendría que empezar a tomar en cuenta las palabras ajenas justo ahora.

Escucho un par de gritos provenir de las escaleras, cuando poso mi vista en esa dirección, mi sonrisa aparece sin siquiera darme cuenta. Puedo ver a Riki con una patineta en su antebrazo, lleva de la mano a Jungwon, quien simplemente sonríe amablemente a todas las personas que su novio está saludando mientras se abre paso por el pasillo. Sunghoon está al otro lado de Jungwon, sosteniendo su cintura sin expresión, hasta que una sonrisa se asoma por las comisuras de sus labios cuando me ve. Le informa a sus novios que estoy justo frente a ellos y de pronto ya tengo al trío delante de mí.

Riki está refunfuñando a lo que Jungwon le dice cuando intenta ajustar su corbata correctamente y debo evitar reírme si no quiero recibir un regaño de su parte. El uniforme de Sunghoon y Jungwon está pulcramente planchado y alineado a sus cuerpos, a ellos les gusta el orden, a Riki... Digamos que no es su estilo. El rubio tiene las mangas de la camisa hasta los codos y ni siquiera se dignó en usar el saco, pero puedo observar que cuelga del brazo de Jungwon, seguramente para obligarlo a usarlo más tarde.

—Siempre eres tú, Riki —digo después de saludarlos. Meto las manos a los bolsillos de mi pantalón de vestir a la par en que el menor del grupo rueda los ojos por el comentario.

—Es una estupidez. ¿Por qué debemos usar el uniforme? ¿Seguimos en preparatoria o qué? —Bufa con clara irritación cuando Jungwon está bajando las mangas de su camisa.

ONE OF THE GIRLS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora