Otricidio Parte 2 Capítulo(S) 17 Y 0.2

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Capítulo 17- El Médico

Izumi sintió un escalofrío al salir del abismo. Frente a él se alzaba la bestia que había visto en su sueño, pero esta vez era real. Era el fruto del odio y el dolor de un niño, una proyección de cómo él veía al mundo. Un monstruo deforme y gigantesco, con brazos tan delgados como agujas que agitaba con furia. Su cuerpo estaba cubierto por sombras que simulaban el uniforme de un médico de la peste, con un largo pico que ocultaba su rostro. Ese traje parecía contener la maldad, pero apenas se abrió paso en el mundo, una ola de muerte lo acompañó. Los bebés, los niños y los ancianos caían fulminados por su presencia. Sus cuerpos se marchitaban, se volvían pálidos y fríos, morían lentamente y gritando de horror. Imágenes atroces invadían las mentes de quienes podían resistir ante el médico.

La bestia rugió y el sonido hizo temblar la tierra. Los cristales se rompieron y las casas se derrumbaron. Los oídos de Izumi sangraron por el alarido ensordecedor. De la espalda del médico salían varios instrumentos quirúrgicos, como bisturís, tijeras y fórceps, que se entrelazaban con hilos negros. Por cada movimiento, los huesos del monstruo crujían y se acomodaban. Estaba retorcido, torcido, amorfo...

Solo había cuencas vacías donde deberían estar sus ojos, y en sus manos crecían cuchillas afiladas que usaba como armas. Por cada alma que absorbía, sus ropajes se rasgaban y dejaban ver lo que parecían ser escamas. Y en esas escamas había ojos que se retorcían con pviolencia, mirando con locura a todos lados. Pobres de aquellos que cruzaban sus miradas con esos ojos, pues sus cuerpos eran arrebatados de su vida. Pero al morir, los cuerpos seguían gritando de tal manera que estremecían a quienes tenían la mala suerte de seguir escuchando.

Los soldados intentaron detener al médico, pero fueron rápidamente aniquilados por sus movimientos precisos y letales. Sus acólitos eran enfermeras con rostros deformados, cuerpos asimétricos y desproporcionados. Sus movimientos eran torpes pero su fuerza podía partir en dos a cualquier ser humano que se acercara a ellas…

Capítulo 17.1- Aviso

— Arhg, no creí qué me afectaría a mi también 

Mencionó Izumi, mientras se limpiaba la sangre de su oído, estaba algo aturdida, sin embargo era el momento de continuar con su plan. Rápidamente fue con el Rey y cuando llegó al castillo, el monarca se preparaba para la batalla, estaba de pie con su martillo en mano, y una espada en la otra, al ver a Izumi preguntó rápidamente. 

— ¿Era de lo que hablabas? ¿Alexander te dijo esto antes de morir? 

Izumi supo que el rey había caído en su juego y la chica actuó de forma natural viéndose asustada y a la vez sorprendida pero estaba ocultando las ganas de reírse. 

— Perdóneme mi rey, no pude rastrear al traidor y evitar esto… 

Kallum se acercó hasta a ella y solo la tocó del hombro, dando a entender que no era su culpa, qué estaba perdonada. Izumi vio a los soldados de bronce lanzarse a la batalla antes que el rey, sus alas llenas de plumas doradas resplandecían como destellos a la vez que se movían con mucha rapidez atacando al médico. 

Kallum fue paso por paso, lentamente, su martillo se encendía en dorado, el calor aumentó tanto que el fuego comenzó a consumir la misma piedra, Izumi al sentir el calor se asustó tanto que se acercaba a Kallum pero la temperatura la hizo arrodillarse, pensó alterada. 

— ¿me equivoqué? No contemplé por completo la fuerza de Kallum, ¿el médico resistirá? 

Antes de ponerse de pie, las llamas se apagaron y sintió un escalofrío, tambores resonaban a lo lejos, energías se movían a gran velocidad por encima del mar y arriba de los cielos. Esas energías humanas eran de hombres y mujeres, habían varias presencias tan fuertes como lo era ella o más, pero cuando la potencia de 6 personas entró en contacto con Izumi supo enseguida qué la suerte le había sonreído. 

Otricidio Parte 2- El nombre de Yao Bikuni Donde viven las historias. Descúbrelo ahora