Capítulo 2: Maleza

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—Bingo... ¡Bingo! ¡Llegarás tarde a la escuela!
Fue lo primero que escucho antes de despertar y recordar que era lunes. Se levantó de inmediato y salió corriendo hacia el baño para lavarse la cara lo más rápido posible, cuando paso por el pasillo logro ver el reloj de la pared "9:34" —mierda... —penso Bingo.Se lavo la cara desesperada y se dio una ducha los más rápido que pudo para después salir corriendo a la cocina.
—¡Desayunoo! —Dijo en voz alta mientras se servía un poco de cereal con leche. Se sento y empezó a peinarse mientras comía para ahorra tiempo, no entendía como es que se había quedado dormida, ni el por qué su padre no la había despertado antes, ni siquiera Bluey que ya había salido a la escuela se preocupo por hacer que se levante.
Volvio a subir a su habitación para guardar todos los libros y materiales que necesitaba para el día y con todo empacado se dispuso a correr a la parada de autobús.
—!Adios papá! Te quiero —grito Bingo acercándose a su padre y parándose de puntitas para alcanzar a darle un beso en la mejilla.
—Tambien te quiero Bingo, ten cuidado camino a la escuela, ¿Si? —aconsejo Bandit a su hija para luego observar cómo salia corriendo de manera descuidada.

Bingo subió al autobús sin aliento, tomo un asiento y descanso de la maratón que hizo unos minutos atras para no llegar tan tarde a la escuela, sentía que sus pies le dolían un poco pero no era nada que le preocupara mucho, solo estaba agotada y algo preocupada por el que le dirían sus maestros cuando vean que llegó una hora tarde, quizás más.
—Sera muy vergonzoso entrar a clases —Bingo suspiro mientras se imaginaba los comentarios burlones de sus compañeros y la posible regañada que se llevaría por parte de su tutora.

Bingo bajo en su parada y corrió de nuevo hacia la entrada principal de la escuela.
—Bien, aqui vamos —tomo aire y se acercó a la puerta de su clase esperando que su maestra la viera y con suerte la dejara pasar. Cuando la encargada del salón escucho los pasos de Bingo, alertó a la maestra para que note su presencia.
—¿Bingo? ¿Por qué llegas tan tarde? —pregunto la docente mientras la miraba confusa con un libro en la mano.
Bingo estaba muy nerviosa y casi no podía hablar, tenía miedo de que se burlen de ella por lo que estaba apunto de decir. Aún así decidió hablar con la verdad.
—Y-yo me quedé dormida, ¡Lo siento mucho! —explico sin poner excusas, mientras agachaba la cabeza por la pena que sentía al decir eso.
—Entiendo Bingo, pero que no vuelva a suceder, ¿Si? —su maestra comprendió a su alumna y la dejo pasar. Pero sus compañeros pensaron que esa "excusa" era ridícula, lo que hizo que cuando terminara de hablar, soltaran risas burlonas, a pesar de eso, Bingo dejo de lado la vergüenzaque sentía y paso adelante para sentarse al lado de su mejor amiga, "Que horrible inicio de dia" pensó mientras suspiraba y acomodaba sus cosas en su pupitre.
—Pssh... Bingo... —susurro Lila que estaba esperando la aparición de su amiga. -... ¿Estas bien? Luces muy agotada. -Pregunto Lila cuando vio el estado de su amiga
—Si, estoy bien —Respondio Bingo con la cabeza recostada sobre su mesa.
La maltés sonrió con compasión y le dio unas palmaditas en la nuca a su amiga.
—No te preocupes Bingo, nadie recordará esto apartir de mañana, ¡te lo puedo asegurar! —le dijo para que subiera un poco su ánimo y convencerla de que era completamente que llegue tarde una que otra, dando resultado.

La clase siguió con normalidad, como lo haría cualquier otro dia. Cuando la maestra preguntaba algo, solo unos cuantos respondían la pregunta de manera correcta, los alumnos en la parte de atrás no prestaban atención a las clases, no todos por lo menos así que definitivamente no había nada diferente. ¿O tal vez sí? Penso mientras tomaba notas de la clase para más tarde porder repasarlas en casa.
Apenas habían pasado unos quince minutos desde que Bingo llegó y la campana de la hora del receso ya estaba sonando.
Todos se levantaron de sus asientos y dejaron el salón para ir a la cafetería o al patio principal, todos menos Bingo. Ella se habia quedado sentada en su pupitre leyendo un libro, casi como si no hubiera escuchado el fuerte timbre de cambio de horario. Lila al darse cuenta, se acercó a su amiga y la tocó en el hombro.
—Hey, Despierta —sin recibir respuesta alguna, Lila siguió insistiendo, moviendo su mano enfrente de los ojos de Bingo. —Tierra a Bingo... ¡¿Me estas escuchando siquiera?! —resoplo al darse cuenta que todavía no habia despegado la vista de la página 76 del libro de química.
—Oh, ¡lo siento Lila! —dijo Bingo cuando por fin reaccionó a las palabras de su amiga, —Estaba perdida en mis pensamientos —agrego la heeler, levantándose se de su asiento y acompañandola al comedor para conversar y tener su merecida merienda.

Sé fuerte (Bluey) [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora