Segundas oportunidades {Doukaza}

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Tanjiro
Después de que le quitaran el rango a Akaza y casi fuera asesinado, Giyu y yo fuimos asignados al grupo de Douma. No me importaba mucho, pero noté que Douma se encerraba en su habitación, apenas hablaba, comía poco y no mostraba ninguna emoción durante toda la semana.

Nuestros superiores parecen estar ocupados y no nos supervisan tanto, ya que Kibutsuji tiene mucho en qué ocuparse. Se nos permite hacer lo que queramos, excepto irnos. Intentamos que Nakime nos teletransportara fuera, pero ella negó con la cabeza y se disculpó.

Todos los superiores se sorprendieron cuando les contamos lo que sabíamos sobre cómo "derrotaron" a Akaza, omitiendo por supuesto la parte en la que Tomioka y yo lo llevamos a Lady Tamayo y Yushiro. Cada uno de ellos lo lamentó a su manera. Rui y Douma fueron los más afectados y rara vez se separaban.

Caminé por el pasillo, guiando a un hombre con los ojos vendados y atado con una cuerda hasta la habitación de Douma. No me sentía bien al tener que hacer esto y no sentí ninguna alegría al respecto. Cuando llegamos a la habitación del demonio, llamé dos veces y esperé.

La puerta se abrió y Rui apareció, sonriendo cansado al verme con el hombre. Miré a mi alrededor y vi a Douma durmiendo en su cama, con la cara hundida en una de las almohadas.

"¿Está mejor?" le pregunté a Rui.

Rui negó con la cabeza. "No, no creo que mejore pronto"

Quería decírselo, quería darle alguna esperanza de que Akaza estaba vivo. Me pasé una mano por mi cabello rojo, tratando de decidir si valía la pena.

Douma jadeó en sus sueños, acurrucándose con las manos alrededor del estómago. Rui fue hacia él y se arrodilló junto a su "padre", pasando una pequeña mano por el costado del demonio.

"A-Akaza..." Douma soltó unas lágrimas.

La decisión se tomó por sí sola. Noqueé al hombre y lo llevé adentro.

"Voy a decirte algo y no puedes pensar ni contarle a nadie más" le dije mientras miraba a Douma. "¿Podrías despertarlo, Rui?"

"S-seguro"

Rui sacudió suavemente al demonio dormido. "Douma. Tanjiro quiere hablar con nosotros"

Douma abrió los ojos y miró alrededor de la habitación.

"Oh, hola Tanjiro" dijo Douma mientras sus ojos se fijaban en el hombre. "¿Es para mí?"

Asentí.

"¿Te importa si como mientras hablamos?"

"No, no me importa" me encogí de hombros.
Nunca me gustó ver a los demonios comiendo a la gente, pero ya me había acostumbrado.

Douma
Invocando zarcillos de hielo, atravesé al hombre en el pecho, la cabeza, el torso y las extremidades, y luego acerqué el cadáver para comenzar a comer. Mientras me alimentaba, Tanjiro se sentó en el suelo y comenzó a hablar.

Mordí el brazo del hombre, arrancándole un trozo de carne. Desde que Akaza murió, me abstuve de comer mujeres, como él solía hacerlo.

Tanjiro soltó un suspiro largó. "No puedes contarle esto a nadie, ¿de acuerdo?"

Extraño, ¿qué podía decir que no le gustara a Kibutsuji?

"Akaza está vivo"

Casi me atraganto con la carne. Tragué rápido y logré tartamudear. "¡¿Q-Qué?!"

"Después de que tirara a Akaza por el acantilado, Tomioka-san y yo corrimos por la montaña para ver si seguía vivo. Lo llevamos a un lugar donde le pusieron una inyección con medicina para ayudarlo a regenerarse. No sé cómo está ahora, o si ya se ha recuperado por completo"

Creo que todas las emociones imaginables recorrieron mi cuerpo al mismo tiempo. Estaba molesto porque Tanjiro había guardado el secreto durante tanto tiempo, pero al mismo tiempo me alegré de que Akaza-dono siguiera vivo. Estaba triste y confundido.

Los diferentes olores debieron abrumar a Tanjiro, ya que se pellizcó la punta de la nariz y cerró los ojos.

"¿Dónde está ahora?" pregunté seriamente. El odio corría por mis venas.

Odio a Kibutsuji. Lo odio por herir a Akaza. Lo odio por mentirnos. ¡Lo odio por todo!

"No sé dónde está" respondió Tanjiro en voz baja.

Respiré hondo, tratando de calmar mis nervios. Le di unas palmaditas en la cabeza a Tanjiro.

"Gracias por decírmelo, Tanjiro"

Él sonrió. "Me alegra haber podido ayudarte"

Rui me abrazó por la cintura, apretando su cabeza contra mi costado.

"Awww~" le devolví el abrazo al pequeño demonio, ganándome una linda sonrisa de su parte.

Llamaron a la puerta y envié un zarcillo de hielo para deslizarla. Nakime estaba parada en la entrada, sosteniendo su biwa con fuerza.

"¿Ahora qué han hecho ustedes tres?" nos preguntó. "Muzan está enojado y se dirige hacia aquí"

"¿En serio?"

"¡Sí!"

"¿Nos ayudarías?" pregunto Rui.

"Está bien, ahora, ¿dónde quieren que los lleve?" dijo Nakime desesperada.

"¿Nosotros?"

"Sí, si se entera de que los ayudé, me matará. Yo también me voy"

"Al bosque. Allí hay un lugar donde podemos escondernos"

"Bien"

Nakime golpeó un par de cuerdas de su biwa con un sonoro tañido. Nos dejamos caer al suelo y nos adentramos en el bosque. Una vez que se aseguró de que logramos salir, cerró la puerta detrás de nosotros.

"Ve delante, Kamado"

Tanjiro nos guió rápidamente a través del bosque, evitando la luz solar que se filtraban entre las hojas. Me agaché bajo un árbol caído y salí por el otro lado. Nos detuvimos frente a un árbol pequeño y Tanjiro pasó la mano por el tronco, haciendo movimientos circulares alrededor de él.

"¿Pero qué...?"

Vi cómo Tanjiro entraba en el árbol y desaparecía. Rui lo siguió sin dudarlo, y Nakime fue la siguiente. Miré a mi alrededor con cautela y descubrí una pequeña cabaña de madera con un bonito jardín. Los otros demonios taparon sus narices y noté un fuerte olor a glicinas en el aire.

"¿Akaza? ¿Lady Tamayo? ¿Yushiro?" gritó Tanjiro. Nadie respondió y se giró para mirarnos. "No están aquí"
😻
"Espera, ¿es aquí donde los has traído?" pregunté.

Tanjiro asintió con la cabeza, mirando a su alrededor. "Quizás se fueron por el bosque"

"Eso parece probable"

Nakime rasgueaba su biwa con los dedos, una forma inofensiva de tocarla sin activar su arte demoníaco de sangre.

Tanjiro se tiró al suelo, oliendo la tierra. "Todavía hay un débil olor. Puedo rastrearlos, pero deberíamos esperar aquí hasta la noche"

¡Voy a ver a Akaza-dono pronto!

© Créditos: @miradragonz