La puerta de la base cayó, causando un gran estruendo que alertó a todos los soldados, tomaron sus armas mientras las alarmas sonaban, tiñendo la base de una luz roja.
- Grupo B, dirigiros hacia la derecha. - La voz del grupo de información sonó en los auriculares de los soldados invasores, quienes siguieron sus órdenes.
Ghost miro a sus compañeros, cómo bajaban por las escaleras del sótano, mientras el equipo A se encargaban de los soldados que defendían la base.
- Es aquí. - Dijo el de la máscara de calavera, viendo las jaulas llenas de civiles. - Él está aquí. Sacarlos a todos antes de que sea tarde. - Ordenó y los demás comenzaron a trabajar, dividiéndose en dos grupos, los que se llevaban a la gente y quienes los soltaban.
Ghost se agachó ante una de las últimas reclusas, casi inconsciente en el suelo y herida, casi agonizando.
Intento quitarle las cadenas con los utensilios que le habían dado en la base para forzar cerraduras. Pero le era demasiado difícil, debido a que estaban demasiado oxidadas.
Poco a poco los soldados iban dejando la base enemiga en silencio, llevándose los civiles a un lugar seguro con la ayuda de helicópteros, mientras el equipo A seguía combatiendo con los defensores de la base.
- Joder... - Se quejó Ghost al no poder abrir las cadenas de la débil chica, mientras ella agonizaba en el suelo, casi inconsciente.
Pero se calló al escuchar como los disparos del piso de arriba paraban y como alguien bajaba las escaleras del sótano.
Ghost dejó a la chica en el suelo de nuevo con cuidado, tomando su arma y saliendo de la celda lentamente, apuntando con el arma al pasillo.
Cuando vio al gran coronel levantar las manos, indicando que no era un enemigo.
Ghost suspiro, tranquilo porque al parecer los suyos habían ganado.
- Queda una chica, sus cadenas están oxidadas y no puedo forzar la cerradura. - Explicó mientras König se acercaba en silencio a la chica agonizando en el suelo. - Iré arriba a pedir una sierra o... - Se calló al ver cómo el coronel rompía la parte más obsidada de las cadenas con fuerza bruta. - Así también sirve. - Rodó los ojos, comenzando a andar hacia la salida.
König ignoro a su compañero, viendo a la chica, como esta alzaba una mano temblorosa hacia él y lo observaba. Él tomó su pequeño y herido cuerpo entre sus brazos, cargándola y comenzando a andar hacia la salida.
- Una misión excelente soldados, lo hemos encontrado. - Hablo el Capitán Price delante de todos en la reunión. - Según me han dicho lo han llevado directamente a cuidados intensivos, despertara dentro de poco y ahí podremos hablar con él. -
König había dejado de oír a su capitán desde hace un rato, leyendo de nuevo el informe de la misión y de "él", el hacker afiliado a ellos y que había capturado el enemigo. La persona por la que habían realizado toda esa operación, Keiseri.
Keiseri era la persona con la actitud más informal en el trabajo que conocía, gracias a su anonimato solía enviar stickers con cada mensaje y bromear, aunque nadie le siguiera el juego, incluso hablaba así con el capitán.
- Señor, ha despertado. - Hablo un soldado entrando a la habitación de reunión, después de que ya hubieran cambiado a otro tema, llamando la atención de todos los soldados de mayor rango que se encontraban ahí.
- Traedlo. - Ordeno Price y a los pocos minutos la puerta de la sala de reuniones se volvió a abrir.
Un hombre entró acompañado de un soldado a cada lado, al parecer le habían dejado un uniforme de militar.
- Por fin nos vemos las caras. - Extendió la mano hacia él y él la tomo en señal de saludo. - Fue impresionante como conseguiste mandarnos una señal a través de las instalaciones enemigas, buen trabajo soldado. - Lo alabo, pero el hombre no respondió, incluso parecía que no lo entendía.
Los soldados se quedaron unos segundos en silencio, esperando que dijera alguna tontería como siempre respondía en sus mensajes anónimos, pero nada salía de sus labios.
- Descansa estos días, tuvo que ser duro aguantar ahí durante un mes. - Intento destensar el ambiente el capitán. - Pero antes, ¿podrías hacer algo? - Camino hacia la mesa central y le mostró un portátil. - Necesitamos que lo descodifiques, es del enemigo, aún ningún informático ha logrado hacerlo, pero sabemos que a ti solo te tomara unos minutos. -
Todos lo miraron expectantes, querían ver trabajar al mejor hacker del momento en vivo, pero este solo miro el PC por unos minutos para luego mirarlos sin entender.
- Yo poco spansk saber, no entender - Pronuncio con un marcado acento noruego, dejando a los soldados presentes en silencio.
El capitán suspiro, masajeando el puente de su nariz, para luego ver a los soldados que lo habían traído.
- Explicadme como descubristeis que él era Keiseri. -
- Interrogamos a las víctimas por información, una nos dijo que había hablado con él porque también hablaba noruego, y él hablo sobre que el ejército los salvaría. - Dijeron algo asustados por la actitud de el capitán.
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Emperatriz - König
Fanfiction- ¿Que tanto sabes? - Oh cielo, ¿enserio estas preguntando algo tan tonto?