Cap. 19: Noticias del pajarito azul

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Nanno

Di una vuelta más en mi cama, pero seguía siendo completamente incapaz de conciliar el sueño.

Mis ojos estaban bien abiertos y mi mirada estaba fijada en un punto concreto del techo que había elegido al azar.

Mi cabeza estaba llena de ideas que se morían de ganas de ser procesadas y no me dejaban dormir en paz.

El día que conocí a Waan hace dos semanas me fasciné por lo admirablemente inteligente que era, pero también tuve un presentimiento de que algo ocurriría con ella que me afectaría a mí de forma directa.

Bueno, ya sabía qué era esa cosa.

Waan sospechaba de mí.

Lo malo de esa chica era que no era de las estúpidas. No pasaría por alto el pequeño descubrimiento que había hecho sobre mí y tenía claro que seguiría indagando hasta dejar todo mi pasado al descubierto.

Eso era una de las peores cosas que me podían pasar.

En cualquier ocasión podría manejar esa pequeña crisis con facilidad, pero Waan había elegido el peor momento posible.

Justo entonces estaba muy vulnerable a ese tipo de ataques que no se pueden solucionar con fuerza bruta.

No me sentía lo suficientemente poderosa como para hacer que Waan olvidase lo que había averiguado.

Tampoco me podía ir del instituto sin más. No tenía permitido dejar tareas a medias y aún no había acabado con el trabajo que tenía con Gun. Además, largarme no solo no impediría que Waan siguiera investigando, sino que así la tendría lejos y no podría controlarla.

«Mantén a tus amigos cerca, pero a tus enemigos aún más cerca», ¿verdad?

A pesar de todo, una vez hubiera cumplido mi misión, tendría que irme a otro instituto. Desaparecer en tan poco tiempo levantaría más sospechas y Waan sin duda lo tendría en cuenta a la hora de buscar información sobre mí. Estaba convencida de que no necesitaría mucho tiempo para sumar dos y dos.

Hasta ese momento, en todos y cada uno de los institutos en los que había sido alumna, yo había sido siempre tan solo una estudiante más. Nadie había intentado buscarme en redes sociales, nadie me había preguntado dónde había nacido o quiénes eran mis padres.

Nadie había intentado resolver el misterio de mi existencia.

Por un breve momento pensé que Waan era el problema y simplemente era una chica demasiado curiosa, pero me di cuenta de que mi teoría era errónea. Los adolescentes que habían visto a Lawan asfixiándose eran la prueba. Era lo que me había dicho mi padre. La gente empezaría a poner en duda mi existencia debido a que yo misma me la cuestionaba.

Pero por lo que yo sabía, al principio Waan simplemente quería saber qué habían oído de mí otros estudiantes, no sospechaba nada.

Alguien le había facilitado la base de su desconfianza.

Por lo que Gun me había dicho, la responsable era cierta chica de la 3B con un lazo rojo.

Tenía a Yuri literalmente a un piso de distancia, pero ¿qué podía hacer?

¿Enfrentarme a ella?

Sería solo una charla sin sentido, digna de una película en la que los guionistas se inventan escenas estúpidas para hacer perder a los espectadores dos horas de sus vidas.

La idea de retarla a un combate era digna de risas. Ella vería que estoy debilitada y se aprovecharía de eso sin piedad.

¿Y si la intentaba tomarla desprevenida?

La idea podría ser buena si lograba pillarla cuando no está en alerta... y si no estuviéramos en un edificio lleno de estudiantes y profesores.

También debía contar con el hecho de que matar a Yuri no me ayudaría a deshacerme de sus soldaditos. Tendría que cazarlos uno a uno, lo que complicaría demasiado una situación ya difícil de por sí. Además, cuando se enteraran de que su líder ha muerto a manos de su némesis, todos irían en mi busca y no habría lugar en este planeta ni fuera de él en el que pudiera esconderme de ellos.

Sé que puede parecer vergonzoso y cualquiera diría que ellos no son más que una panda de adolescentes con poderes que están fuera de su entendimiento, pero la fuerza de esos poderes compensaba el hecho de que sus portadores eran jóvenes y, no me cabía duda, insensatos.

Me puse bocabajo, pero esa postura no me ayudó con mi imposible tarea de dormirme.

Suspiré, sintiéndome derrotada. Palpé en la oscuridad y cogí mi móvil de la mesita de noche.

Cuando lo encendí, por unos segundos estuve cegada por la luz que desprendía la pantalla. Cuando mis ojos se adaptaron, vi que era la una de la mañana.

¿En serio?

Era obvio que no lograría dormirme en ningún momento cercano, por lo que recurrí a un método bastante humano para pasar el tiempo en las noches sin dormir: Twitter.

Mientras leía cómo la gente discutía por tonterías, se ofendía por tonterías y decía tonterías, me encontré con una cuenta que por su nombre me intrigó, pues en cierto modo me sentí bastante identificada.

«La chica nueva».

Con la curiosidad habiéndose apoderado de mí, miré qué tipo de contenido ofrecía.

Así fue como me enteré de una nueva amenaza para mi tapadera en el mundo humano.

Cada tweet contenía un link que llevaba a una noticia en la que se hablaba de un instituto en el que han ocurrido cosas extrañas.

Un alumno arrestado por intentar robar dinero de la caja fuerte del director.

Una profesora que pierde la cordura y mata a todos los que asisten a una fiesta escolar.

Un chico que queda embarazado.

Y muchas, muchas, muchas más.

En los tweets se decía que en el sistema de todos y cada uno de esos institutos consta que, poco antes de la desgracia que sea, se ha matriculado una alumna llamada Nanno, pero en ningún lugar figura su apellido.

Tenía muy claro quién se escondía detrás de esa cuenta. Cualquier estúpido se daría cuenta.

Por supuesto, Yuri estaba haciendo todo lo posible por destruirme. Yo era el último obstáculo del que ella se tenía que deshacer antes de convertir el mundo en un lugar donde todos se toman la justicia por su mano. Pero yo no me iba a dar por vencida tan fácilmente. Yuri tendría que esforzarse más si quería verme rendida.

Apagué mi móvil, lo dejé en mi mesita y me obligué a mí misma a dormir al menos un par de horas.

Nota: escribí esta parte antes de que Twitter se convirtiera en X y me niego a editarla.
#savethebluebird #savetwitter

Sombras del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora