11.

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—¿También tienes problemas con la secta del manto estelar? —pregunto Geto mientras se reafirmaba el moño de su cabello.

—Es una larga historia pero si, creen que mi familia quiere reemplazar al señor Tenguen. —le contesto.

A lo lejos Satoru se veía feliz salpicando a Riko, mientras (T/N) se acomodaba la chaqueta sobre el traje de baño, acomplejada por su cuerpo y por algunas cicatrices que tuvo en su entrenamiento.

—¡(T/N)! ¡Ven con nosotros! —exclamo la pelinegra, la mencionada miro a Suguru quien le dedico una sonrisa a modo de autorización para luego correr hacia el dúo.

Solo para terminar empapada de pies a cabeza gracias a Satoru.

Riko lo regaño, pero luego entre las dos comenzaron a atacarlo, aunque el muy tramposo activo su técnica ritual para evitar terminar empapado de agua, (T/N) trato de imitarlo utilizando su propia técnica pero comenzó a sentir ardor en las muñecas para luego detenerse.

Okinawa fue divertido.

En la entrada de la escuela de hechicería bajo la barrera del señor Tenguen se sintió un poco más aliviada pero aun así se sentía cabizbaja porque pese a todo y que la misión había salido bien, no volvería a ver más a Riko.

Con eso en mente arrastro los pies por los escalones hasta que estuvieron dentro, y cuando se iba a despedir para salir corriendo a llorar a algún lugar en un instante todo el panorama cambio.

Sintió como el pánico le sobrevenía encima al ver a Satoru atravesado por una espada en el pecho, los oídos se le taparon mientras que Geto exclamaba su nombre y corría junto a Riko del lugar.

—No me estorbes. —dijo Satoru en el momento.

Todo paso tan rápido, que (T/N) no tuvo tiempo de reaccionar, sin embargo corrió detrás de Gojō como si de un impulso se tratara, como si el de cabellos blanquecinos la estuviera molestando como hacía años atrás.

Fue en ese momento que recordó como el peliblanco la protegía de pequeñeces que ella no le daba importancia, como aquella vez en la playa de niños cuando le sujeto del brazo para que el océano no se la llevara o aquella vez que mientras entrenaba su uniforme se prendió en llamas por alguna razón inexplicable.

Se escondió entre los arboles, concentrándose lo más que podía para canalizar su energía maldita, no para envolverla en si misma sino para proteger a su compañero, pudo sentir la mirada fría de su agresor sobre si en un momento dado cuando un montón de maldiciones aparecieron en el campus, desapareciendo de una vez.

Corrió con rapidez junto a Satoru y comenzó a lloriquear, se mordió el labio inferior con fuerza mientras asentía.

—Iré por ayuda, vuelvo pronto, Satoru. —le dijo para salir corriendo hacia el edificio, eliminando maldiciones con el poder de unas fervientes llamas que salían de su cuerpo.

Para cuando volvió donde Satoru, solo había una mancha de sangre en el piso, y el chico había desaparecido.

...

Luego de eso, Satoru no era el mismo.

Y Geto tampoco lo fue.

Y ella, cambio también cuando uno de sus mejores amigos murió, y su padre sufrió de combustión espontanea.

Canva →「Gojo Satoru」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora