La visita

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Rin se sentía muy nervioso y ansioso, casi desesperado, pero no demostraría ni admitiría esa parte. Él jamás en su vida se había imaginado que pasaría por una situación de ese tipo, pero era su presente. 

El conocer a los suegros podía ser una vivencia tranquila o muy traumática, todo dependía de la personalidad de los involucrados. Rin no sabía cómo serían los padres de su novio, pero era consciente de que su forma de ser ya era una desventaja.

Rin no estaba interesado en aparentar algo que no era, pero estaba preocupado de lo incómodo y largo que sería el momento. Yoichi siempre había hablado muy bien de sus padres, que eran muy comprensivos, que se habían tomado muy bien que tuviera novio; aun así, no se confiaba, existía la posibilidad de que Yoichi estuviera hablando a través del amor que sentía por sus padres, por supuesto que Yoichi conocía la versión cariñosa de ellos. Rin corría el riesgo de ver el lado más sobreprotector y salvaje de ellos.

Era un día libre para todos, Rin sabía camuflar su nerviosismo, aunque Yoichi era capaz de notar su verdadero estado, para no hacerlo enojar fingía no darse cuenta. En cuanto estuvieron fuera de la casa de los Isagi, Yoichi tomó la mano de su novio y lo miró con una sonrisa. 

—Estoy seguro de que te van a amar.

Rin lo miró con seriedad, después miró hacia el suelo. No quiso decir nada, pero apretó la mano de su novio en respuesta.

En cuanto entraron a la casa, fueron recibidos por Iyo, la madre de Yoichi, la cual de inmediato sonrió con mucha alegría. 

—Es un placer conocerte, Rin-chan.

Rin no pudo evitar sonrojarse, por el apodo y porque la mujer que los saludaba era muy dulce. Yoichi abrazó a su madre, había pasado bastante tiempo desde la última vez que la había visto.

Entraron a la casa, Rin solo hablaba para responder, se sentía muy nervioso e intimidado. 

—¡Al fin llegaron! —Issei, el padre de Yoichi, los saludó con una gran sonrisa. 

Issei e Iyo abrazaron con cariño a su hijo, el cual sonreía ampliamente. Rin se limitó a saludar y después a guardar silencio; sin embargo, los padres de su novio seguían dirigiéndose a él con mucha simpatía. 

De un momento a otro, Rin se encontraba sentado a la mesa, al lado de Yoichi y con sus suegros de frente, los cuales le insistían en probar todos los alimentos que habían preparado para aquel encuentro. Los ojos de Rin se abrieron con sorpresa cuando colocaron frente a él un plato con su comida favorita. 

—Yoichi me dijo que te encanta el Ochazuke —comentó Iyo con una sonrisa. 
—Sí… —Rin respondió con mucha timidez—. Muchas gracias. 

Yoichi sonrió al ver a su novio en ese estado, el cual se le hizo muy tierno. 

—Adelante, Rin-chan —animó Iyo—. Pruébalo, espero que te guste. 

Rin llevó un bocado a su boca, no pudo ocultar el brillo que se formó en sus ojos al probar el delicioso sabor de su plato favorito. 

—Está delicioso —dijo con voz sorprendida. 
—¡Me alegra mucho! —La mujer sonrió con amplitud—. Estaba muy nerviosa por saber qué opinabas, es la primera vez que lo preparo. 
—¿La primera vez?
—Quería mimar a mi yerno. 

Un gran sonrojo se formó en el rostro de Rin, su corazón se sintió cálido al escucharla, pero el nerviosismo y la timidez no querían abandonarlo. 

Yoichi miró con sorpresa a su madre y con un pequeño sonrojo en sus mejillas; aun así, se sentía muy feliz de que su progenitora tratara tan bien a su novio.

—Muchas gracias… —dijo Rin, logrando vencer su timidez—. De verdad se lo agradezco mucho.

Iyo sonrió y llevó su mano al cabello de Rin para acariciarlo. 

—Gracias a ti por hacer feliz a mi Yo-chan. —Rin la miró con sorpresa—. Desde antes de que se volvieran novios, él ya nos hablaba mucho de ti.
—¡Mamá! —gritó Yoichi, completamente desesperado. 
—Jamás creí ver a Yoichi hablando sobre algo más que no fuera fútbol —comentó Issei, riendo animadamente.
—¡Papá! —Yoichi estaba muy avergonzado. 

Rin rio al ver las reacciones de su novio, los tres Isagi quedaron en shock, verlo y escucharlo reír era inesperado y agradable. 

—En realidad… —comentó Rin, un poco dudoso por lo que iba a decir—. Yo debería agradecerles a ustedes por su hijo.

Nuevamente los padres e hijo quedaron en shock, no se esperaban aquel arrebato de sinceridad, el cual aún no terminaba.

—Isagi ha sido un gran novio, nunca se lo he dicho, pero estoy muy feliz con él —agregó Rin.

Yoichi tenía un gran rubor cubriendo su rostro, su corazón latía desenfrenado; a la vez que sentía mucha ternura, calidez y alegría. Rin comenzaba a arrepentirse de ser tan sincero, pegó su mirada en la mesa, resistiendo el sonrojo que resaltaba en sus mejillas, aguantándose las ganas de gritarle a Yoichi por provocar esas cosas en él, pero no podía con sus suegros presentes.

—Eres un buen chico, Rin —comentó Issei con voz seria, llamando la atención de todos—. Pero, tengo un problema. —Rin e Iyo lo miraron con confusión, Yoichi asustado—. ¿Por qué llamas Isagi a Yoichi? Es tu novio y aquí todos somos Isagi.

Yoichi suspiró aliviado, Iyo soltó una risita y Rin miró a su suegro con mucha sorpresa. 

—Es la costumbre —respondió Rin.
—No puede ser, Rin-chan —comentó Iyo, con voz divertida—. Ya es momento de que dejes de llamarlo así. 
—Exacto, debes llamarlo por su nombre —agregó Issei.
—O por un apodo cariñoso.
—¡Mamá! —Yoichi miró sonrojado a su madre, la cual solo rio.
—¿Un apodo cariñoso? —preguntó Rin, sonrojándose un poco.
—¡Rin, no le hagas caso! —pidió su novio, muy nervioso—. Con que me llames Yoichi-san, está bien.
—¿Por qué el "san"?
—Porque soy mayor que tú. 
—No seas tan formal, Yo-chan —comentó Iyo—. Entre parejas eso no debería importar. 
—Ni antes de que fuera su pareja me hablaba formal…
—Yoichi. —Rin agachó la cabeza, sintiéndose avergonzado—. Está bien, a partir de ahora te llamaré por tu nombre de pila, Yoichi.
—Rin… 

Yoichi sonrió y asintió, ver a Rin tan tímido y avergonzado por decir su nombre le causaba mucha ternura. 

La tarde siguió pasando con tranquilidad, Issei e Iyo simpatizaron muy bien con Rin, haciéndolo sentir unido a la familia. Yoichi se sentía muy feliz de ver a sus personas más queridas compartir. 

Rin poco a poco comenzó a sentirse muy cómodo y cálido, sentirse bienvenido por la familia Isagi era muy agradable. Aquel día no solo descubrió a nuevas personas a las cuales querer, también su relación con Yoichi dio un paso más en cercanía. Fue así como la visita a sus suegros terminó siendo increíble. 

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